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Lesiones en el baloncesto: cómo prevenirlas y tratarlas

Repasamos junto a especialistas de los Hospitales de Quirónsalud, Proveedor Médico Oficial de la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) y sus competiciones, los distintos tipos de lesiones que suelen darse en este deporte.

El pasado mes de noviembre Carlos Alocén, uno de los bases más prometedores del baloncesto español, regresaba a la cancha de juego con el Real Madrid. Lo hacía después de 651 días sin jugar tras romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Misma lesión sufrieron dos estrellas veteranas de nuestro baloncesto, su compañero en el Madrid Sergio Llul, en 2017, y el jugador del FC Barcelona Ricky Rubio, en dos ocasiones, 2012 y 2021.

Repasando las lesiones que se pueden producir en el mundo del baloncesto, la rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla es, precisamente, una de las más frecuentes, solo por detrás de los esguinces de tobillo. Pero hay muchas más. Y mientras algunas lesiones no tienen gran repercusión, otras pueden suponer una larga convalecencia y recuperación e, incluso, el final de la carrera deportiva del jugador. Realmente no hay secreto ni pócima mágica que haga que un jugador evite estos percances, pero una buena preparación física y contar con el mejor equipo médico posible son aspectos fundamentales. Por ello, importantes clubes de nuestro país como el Casademont Zaragoza, el Movistar Estudiantes, el Unicaja Málaga, el Club Joventut de Badalona, el Cáceres Ciudad de Baloncesto y el Valencia Basket confían en los Hospitales del grupo Quirónsalud en sus respectivas ciudades para cuidar la salud de sus jugadores.

El porqué de las lesiones en baloncesto y cómo prevenirlas

El Dr. Alfredo Rodríguez León, traumatólogo deportivo en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, Servicio Médico Oficial del Casademont Zaragoza, explica que “el baloncesto es un deporte muy dinámico y activo en el que se combinan cambios bruscos de dirección o sentido, frenadas y arrancadas intensas, giros y pivotajes con luchas, tanto en el suelo con el aire para ganar la posición y el balón. A este cóctel hay que añadirle saltos, recepciones y golpeos, accidentales o no, ya sea con rivales, compañeros o el propio balón. En definitiva, es un deporte altamente exigente que ha de ser practicado con una buena condición física.

Esta condición física está inequívocamente ligada a “la preparación y el entrenamiento en pretemporada para llegar en las mejores condiciones físicas a la competición”, destaca el Dr. Emilio Calvo, jefe del Dpto. de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Proveedor Médico del Movistar Estudiantes. En este punto el Dr. Rafael López Arévalo, Jefe de Servicio de Traumatología en el Hospital Quirónsalud Málaga, Servicio Médico Oficial del Unicaja, llama la atención sobre la importancia de “los ejercicios de calentamiento para evitar lesiones y mejorar el rendimiento deportivo” que “deben realizarse siempre antes del entrenamiento y la competición”, así como de “los ejercicios de enfriamiento que deben hacerse después para volver a la situación de reposo de forma paulatina, relajar los músculos y dejarlos listos para la siguiente sesión”.

Por otro lado, “la temporada puede ser muy exigente y se ha demostrado que actividades como asegurar unos periodos adecuados de descanso y rotaciones a lo largo de la temporada disminuyen la tasa de lesiones”, agrega el Dr. Calvo. Por su parte, el Dr. Gonzalo Samitier, responsable asistencial del servicio de traumatología y cirugía ortopédica del Hospital Quirónsalud Badalona, Proveedor Médico Oficial del Club Joventut de Badalona, insiste en la importancia del descanso “para recuperación de los tejidos”, así como en “el entrenamiento de fuerza tanto de tren superior como inferior, la mejora de la técnica deportiva y el uso de equipo protector, en especial vendajes a nivel de tobillo”.

Hablaríamos en todos estos casos de prevención basada en factores extrínsecos o modificables, como también lo es la elección adecuada del calzado. Pero a estos, hay que sumar otros factores de riesgo intrínsecos a las lesiones en el baloncesto como la edad, el sexo, las lesiones previas, los rasgos genéticos o anatomía del jugador (peso, elasticidad o rigidez de las articulaciones, etc.)

La altura, el rasgo físico que más caracteriza a los jugadores de baloncesto, también es un factor de riesgo intrínseco que curiosamente puede jugar en su contra y exponerles a más lesiones. “No son iguales las lesiones que presenta un base que las que sufre un pivot -que suele ser el jugador más alto de la formación y de mayor contextura física, características que aprovecha para anotar y defender desde una posición cerca de la canasta-. La altura afecta en todo, en el contacto con el contrario, en el contacto con los elementos, en el salto, en los giros, en la carrera, etc. Incluso el calzado a utilizar es distinto para un base que para un pivot”, resume el Dr. López Arévalo. Si nos fijamos en lesiones concretas como, por ejemplo, la patología lumbar, el Dr. Rodríguez León explica que “cuanto más alto es el deportista, el brazo de palanca que se genera sobre el tronco y sus estructuras es más largo. Además, este incremento de tamaño y estatura suele estar asociado a mayor peso corporal. Por lo tanto, se necesita más esfuerzo para mover el cuerpo y para amortiguar la recepción de los saltos”.

En cuanto a la prevalencia de las lesiones en función del sexo, el Dr. Diego Sierra, traumatólogo en el Hospital Quirónsalud Cáceres, Proveedor Médico Oficial del Cáceres Ciudad de Baloncesto, afirma que algunas lesiones, como las del cruzado anterior de rodilla son más frecuentes en mujeres, debido a las diferencias por genero del valgo de sus rodillas, de forma constitucional, así como de la mayor laxitud de las estructuras ligamentosas en el sexo femenino”. En cuanto a las lesiones en los tobillos, “si tenemos en cuenta que la hiperlaxitud es un factor de riesgo y esta se da más frecuentemente en mujeres, probablemente tengan una mayor predisposición a sufrir esguinces si se da esta condición. En general se considera que las jugadoras de élite tienen una mayor posibilidad de lesionarse, pero también es verdad que la probabilidad de sufrir una fractura, es más frecuente en hombres”, apunta el Dr. Rodrigo Díaz, jefe de la Unidad de Pie y Tobillo del Hospital Quirónsalud Valencia, Proveedor de Salud del Valencia Basket. “Además, hay trabajos muy interesantes que remarcan la incidencia e importancia del ciclo hormonal en lesiones en el deporte femenino”, revela el Dr. Rodríguez León.

¿Cuáles son las lesiones más frecuentes?

En términos generales se calcula que más de la mitad de las lesiones en este deporte ocurren en el tren inferior (sobre todo en caderas, rodillas, tobillos y pies), mientras que las del tren superior (fundamentalmente en espalda, hombros, manos y muñecas) no son tan frecuentes. “Las más habituales son la patología del tobillo (sobre todo esguinces), la patología inflamatorio tendinosa (sobre todo en el tendón de Aquiles y rotuliano), la patología de dedos y manos (sobre todo por golpes o esguinces), las lesiones graves de rodilla (meniscos y ligamento cruzado anterior) y la patología por sobrecarga (lesiones musculares, fracturas por estrés y lumbalgias)”, enumera el Dr. Rodríguez León, aunque hay muchas más.

Cuando un jugador sufre alguna de estas lesiones durante un partido oficial hay que tomar la “difícil decisión” de si este sigue jugando o es sustituido, como apunta el Dr. Emilio Calvo. Generalmente, explican los especialistas entrevistados, es una decisión consensuada entre el equipo médico, los fisioterapeutas, el entrenador y el propio jugador. Y “he de decir que aunque la última palabra la tiene el entrenador, el respeto a la información del cuerpo médico suele ser máximo y nuestra recomendación suele ser seguida al 100%, subraya el Dr. Rodríguez León.

Aunque en la mayoría de las ocasiones pensamos en lesiones agudas, esas que ocurren de repente, como por ejemplo hacerse un esguince al torcerse un tobillo tras asentar mal un pie, también “existe una gran variedad de lesiones crónicas, fundamentalmente tendinosas que surgen a partir de repetidas distensiones de grupos musculares o articulaciones y que coexisten con los jugadores”, señala el Dr. Diego Sierra. “En ocasiones son consecuencia de decisiones desacertadas en fase aguda”, apunta el Dr. Calvo. Incluso esa torcedura de tobillo “puede desembocar en una inestabilidad crónica de tobillo, que puede llegar a ser incapacitante o ser causa de artrosis de tobillo en el futuro y que es necesario diagnosticar y tratar con prontitud”, sostiene el Dr. Rodrigo Díaz.

Tratamiento y recuperación

El tratamiento de todos estos problemas físicos difiere en función del tipo y gravedad de lesión. Mientras algunos jugadores se recuperan en poco tiempo con inmovilizaciones, reposo, frío local, asistencia fisioterapéutica o medicación antiinflamatoria, otros pueden requerir intervención quirúrgica seguida de un tratamiento de fisioterapia deportiva más dilatado en el tiempo. El Dr. Gonzalo Samitier expone que “si el deportista no puede competir a pesar del tratamiento conservador o simplemente se trata de una lesión grave cuya demora en el tratamiento la puede convertir en irreversible, es indicación de tratamiento quirúrgico. Cuando el deportista puede seguir compitiendo a buen nivel a pesar de la lesión, por lo general es mejor esperar y reevaluar la necesidad de intervención al final de temporada para no interrumpir su progresión”.

Por suerte, como resalta el Dr. Rodríguez León, “en el deporte profesional una de las variables favorables ante una lesión es la alta disponibilidad de medios técnicos y humanos para acelerar y mejorar la precisión diagnóstica, así como la gran accesibilidad a tratamiento intensivo y especializado.

El diagnóstico acertado y la buena elección del tratamiento son aspectos clave para reincorporarse a la actividad deportiva (el llamado RTP “Return tp play”) pero, por último y no menos importante, está el hecho de respetar los tiempos de recuperación, señalan todos los especialistas consultados. “Intentar acortar plazos es luchar contra la biología del cuerpo humano, que requiere de unos tiempos mínimos para curar las lesiones. Es muy importante pensar que, a veces, por acortar una semana un plazo de recuperación para jugar antes, podemos tener una complicación o recaída que nos impida volver a jugar y trunque la carrera deportiva”, destaca el Dr. Rodrigo Díaz. Como reitera, siempre hay algo mucho más importante que un partido o la competición, “la salud del jugador”.