Lesiones en muñecas y manos
Hablamos con el Dr. Rafael López Arévalo, Jefe del servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Málaga.
En el hombro, las lesiones más comunes son las lesiones del labrum y luxaciones, así como la patología del manguito rotador, tanto tendinopatías como roturas. Estas lesiones ser resultado de caídas, contacto directo con otros jugadores, o por sobreuso por los lanzamientos repetidos del balón durante el pase y los forcejeos. El tratamiento varía desde reposo, fisioterapia, medicación antiinflamatoria hasta intervenciones quirúrgicas, dependiendo de la severidad de la lesión y las limitaciones que producen en el jugador.
La gravedad se evalúa según el daño estructural, el dolor, la disfunción resultante y el tiempo necesario para la recuperación completa. Cuando el deportista no puede competir a pesar del tratamiento conservador o simplemente se trata de una lesión grave cuya demora en el tratamiento la puede convertir en irreversible, esa es la principal indicación de tratamiento quirúrgico. Cuando el deportista puede seguir compitiendo a buen nivel a pesar de la lesión, por lo general es mejor esperar y reevaluar la necesidad de intervención al final de temporada y no interrumpir su progresión.
Hemos visto en multitud de ocasiones como acelerar los plazos de una lesión o una intervención puede tener consecuencias importantes; es crucial respetar los tiempos de recuperación para evitar complicaciones como la re-rotura prematura que puede llevar a la cronificación de la lesión o a una reintervención. A pesar de esto los deportistas profesionales a menudo parecen recuperarse más rápido por múltiples factores; no hemos de olvidar que se trata de deportistas jóvenes, por lo general sanos, con acceso a todo tipo de terapias que aceleran la recuperación y acceso a profesionales altamente especializados en su patología.
Los factores intrínsecos incluyen la anatomía del jugador, la edad y antecedentes de lesiones previas. Los extrínsecos abarcan desde el tipo de superficie de juego hasta el equipamiento utilizado. Algunos factores de riesgo son modificables, como la técnica deportiva, mientras que otros, como la genética, no. Actualmente se aplican programas de prevención sobre de rotura de ligamento cruzado anterior en especial en la población más joven y susceptible.
La prevención incluye entrenamiento de fuerza adecuado tanto de tren superior como inferior, la mejorar de la técnica deportiva, el uso de equipo protector en especial vendajes a nivel del tobillo, y asegurar descanso adecuado para recuperación de los tejidos.
Hablamos con el Dr. Rafael López Arévalo, Jefe del servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Málaga.
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