Opinión

Mientras Flick trabaja y avanza, Xavi aguanta, calla y espera

Se ha abierto la veda, críticas contra el pasado

Xavi Hernández durante un entrenamiento en su etapa como entrenador del FC Barcelona

Xavi Hernández durante un entrenamiento en su etapa como entrenador del FC Barcelona / JAVIER FERRÁNDIZ

La verdad es que ha sido una sorpresa positiva el cambio experimentado por el Barça con relación al juego mostrado el último año por los mismos jugadores. No es cuestión de hacer comparaciones entre Xavi y Flick cuando apenas llevamos un mes de competición. Tampoco es aconsejable hacer juicios de valor antes de hora. No queremos crucificar ni ensalzar a nadie, tan solo analizar las causas que provocaron el relevo en el banquillo, una situación que genera ilusión.

Visto con perspectiva, lo sucedido con Xavi fue un problema de planteamiento, de filosofía. Llegó al cargo con un plan de trabajo desfasado y no supo adaptarse a la realidad. Entrenaba como le entrenaban a él en su etapa gloriosa. Más balón que físico, más rondos que carreras de esfuerzo. Su llegada despertó ilusión, pero le falto carácter y genio para sacar partido de una plantilla acomodada. Se rodeó de un staff de amigos y se puso en evidencia que le faltaba experiencia en los momentos difíciles.

Pagó cara su escasa experiencia como entrenador, había iniciado su carrera en un futbol de segundo nivel como el catarí donde la presión y la exigencia brillan por su ausencia. Se equivocó pensando que el Barça podía jugar como en su época. No tenía los mismos jugadores y el fútbol ha evolucionado. El talento se ha visto eclipsado por la condición física, la táctica por la entrega total. 

Xavi quería que el Barça jugara como a él le gusta, ignorando que los deseos suelen estar reñidos con la realidad. Después de una primera temporada prometedora, bajó el nivel de exigencia, los resultados se torcieron y no tuvo capacidad de reacción. El equipo quería, pero no podía, le traicionaban las fuerzas. Flick lo ha tenido claro desde el primer día, en el fútbol actual la condición física es la base piramidal de todo lo demás. Hay que ser más fuerte que el rival, correr 100 minutos y mostrar una actitud ganadora. Los jóvenes se han subido al proyecto encantados.

Lo que sucede ahora no puede extrañar. Se ha levantado la veda y afloran declaraciones acusatorias. Lewandowski tiró la primera piedra: “No se puede entrenar como hace diez años”. Ter Stegen también ha dicho la suya. "Entrenamos más fuerte". Pedri confirma que las cosas han cambiado: “Trabajamos más duro y se nota en los partidos". Hasta el mismísimo Laporta, ha lanzado varias indirectas: “Hansi no busca excusas y se las arregla con lo que tiene. Tiene mentalidad ganadora y es un gran profesional.” A buen entendedor…

Xavi aguanta, calla y espera decir la suya. Flick trabaja y avanza sin preocuparle el entorno. Laporta cruza los dedos para que la racha continúe en el septiembre duro que viene. Esto no ha hecho más que comenzar, la temporada es muy larga y lo importante no es como comienza, sino como acaba.