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FC BARCELONA

Viaje al Flick desconocido: un tipo normal disfrazado de sargento

Como marca el ADN teutón, Hansi cena a media tarde y después suele salir a pasear; es ahí donde recibe el calor de un barcelonismo cada vez más ilusionado.  

Un viaje al Flick desconocido

La vida de Hansi Flick en Barcelona / SPORT.es

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

“Queremos construir algo similar a lo que hizo Guardiola en el Barça”, anunció Hans-Dieter Flick -en realidad odia que lo llamen por su nombre oficial- durante la gira por Estados Unidos. Y como pidió en su día Pep, al que visitó en febrero en Mánchester con el objetivo de empezar a adentrarse en el ‘mundo Barça’, el teutón se levanta muy pronto para ser imparable.

La puntualidad no es un tema menor para Hansi. Ya lo sabe la plantilla y más concretamente alguno de sus pupilos, que se llevó en verano un ‘recado’ delante de todo el grupo. No se confundan; Flick repele la etiqueta de sargento, pero cree mucho en los buenos hábitos del día a día y se aplica el cuento. El día siguiente del estreno liguero en Mestalla, el equipo entrenó por la mañana y, por la tarde, el técnico completó el domingo acudiendo al Johan Cruyff para tomar nota del Barça Atlètic.

Tanto o más que hablar, al de Heidelberg le gusta escuchar. Asume con una naturalidad asombrosa que el 90% de los trabajadores del Barça conocen la entidad mejor que él. Quizá por eso no es raro verle pidiéndoles opinión de asuntos diversos. “¿Qué te pareció el entrenamiento?” o “¿Te gustó el equipo en el partido de ayer?”, ha trasladado en alguna ocasión. El míster acepta sugerencias, como por ejemplo a la hora de decidir qué chicos del filial llevarse de pretemporada. 

Hansi Flick, en rueda de prensa

Hansi Flick, en rueda de prensa / JAVI FERRANDIZ

Ante un reto 'solo' profesional y no de vida o muerte

Su corrección e impecable educación es la misma con los seguidores que le paran por la calle. Como marca el ADN teutón, Flick cena a media tarde. Después, suele salir a pasear y es ahí donde recibe el calor de un barcelonismo cada vez más ilusionado. El preparador de 59 años se saca las fotos que haga falta e incluso se anima ya con algo de castellano. Las clases empiezan a dar sus frutos.

Quienes le conocen bien aseguran que Hansi no siente la presión. No porque no exista, sino porque afronta esta aventura como lo que verdaderamente es: un reto profesional y no de vida o muerte. En 2010, uno de sus seres más queridos tuvo que superar un cáncer. Ahí, Flick entendió que el fútbol es solo trabajo. Igual que lo era ‘Hansi Flick Sport und Freizeit’, la tienda de material deportivo que regentó en Bammental, en la región de Karlsruhe, durante más de 20 años. Esa idea la ha compartido con el vestuario con el objetivo de que sus pupilos disfruten cada vez que se calzan las botas. Para Hansi, la cultura del esfuerzo no conduce a ninguna parte sino incluye diversión por el camino.

Flick, en el restaurante Can Ugal

Flick, en el restaurante Can Ugal / INSTAGRAM

La actividad desde el primer día de pretemporada ha sido frenética, por lo que el alemán apenas ha tenido tiempo para perderse por las calles de la Ciudad Condal. De momento, se conforma con haber descubierto algunos restaurantes de la capital catalana. ‘99 Sushi Bar’ o ‘Can Ugal’ fueron algunas de sus primeras elecciones. Al primero fue con su cuerpo técnico; en el segundo se le vio con su mujer, Silke, que no vive en Barcelona pero se desplaza con frecuencia. El próximo verano, el matrimonio ya tendrá tiempo de disfrutar de nuevo de Formentera, donde compró una casa años atrás.

Un posado traicionero

En el Barça coinciden: Flick no es lo que aparenta. Detrás de ese posado serio y algo intimidante se esconde en realidad una persona relajada con gran sentido del humor. Los jugadores le han ido perdiendo poco a poco el miedo -que no el respeto- y han descubierto la cercanía del teutón, sincero, poco amante de los dobles discursos y más tierno de lo que se pueda imaginar.

Eso sí, quienes conocen al técnico también admiten que, si se enfada, no tiene reparo alguno en mostrar su carácter. Al Hansi de hoy hay que molestarle mucho para que entre en cólera. Si lo hace es porque tiene una buena razón e irá hasta el final para evitar ser pisoteado. Dio buena cuenta de ello el exdirector deportivo del Bayern, Hasan Salihamidžic, con quien estuvo a punto de llegar a las manos durante una discusión cuando Flick era el entrenador del conjunto bávaro. 

"Ser abuelo es lo mejor que me ha pasado"

Hansi lo tiene claro: “Ser abuelo es lo mejor que me ha pasado”, admitió recientemente en ‘Barça One’. Su hija Hannah -la otra se llama Kathrin-, que se dedica a la fotografía, tuvo dos hijos con los que Flick lo pasaba en grande jugando a Lego. Ahora, pieza a pieza, el técnico busca construir el mejor Barça posible a base de constancia y sencillez.

El inicio no pudo ser mejor: 12 puntos de 12 posibles, pero el teutón se las sabe todas y no caerá en la trampa. “El fútbol cambia rápidamente de dinámica”, avisó tras el 7-0 al Valladolid. Esto no es cómo empieza, sino cómo acaba.