Opinión

Flick y Deco pringarán

¡Hansi Flick ya está con Deco en la Ciudad Deportiva!

Hansi Flick junto a Deco en la Ciudad Deportiva del Barça / FCB

Llegan las vacaciones en Can Barça. No sé si serán las vacaciones más merecidas, pero sí serán las más necesarias. La temporada ha resultado complicadísima: un estadio de prestado que, aun siéndolo, ha significado un dispendio gigantesco, un quebradero de cabeza para el abnegado aficionado que ha asistido fielmente a los partidos recompensado con más disgusto que gusto, una pesadilla para los responsables de atraer inversores a una marca desatendida por las prisas, un sinvivir para jugadores y staff de nuestro primer equipo que han estado, con razón, en la mira de todos no solo por resultados, que también, sino especialmente por un juego titubeante y anodino, y para el presidente y su junta, un sinfín de operaciones, idas y venidas, negociaciones, esfuerzos, arreglos y remiendos (que de todo ha habido) en la infinita tarea de levantar el vuelo tras el dramático legado que heredaron.

Y aquí está el verano. Delante de nuestras narices, y este año bien regadas, las montañas, los ríos y los mosquitos con quién perderse a meditar o las playas privilegiadamente imposibles de nuestra costa donde dejarse llevar, sin otro objetivo que otear pasivamente el horizonte o leer las letras imaginativamente hilvanadas de un buen libro entre chiringuitos cerveceros, y efluvios de crema solar y sandía caliente…

De entre toda la familia blaugrana, quien seguro que no debe desatender la sagrada obligación del descanso es su presidente. Para Laporta, este ha sido el curso más extenuante y complicado: ningún título del primer equipo, un proyecto deportivo que acaba con dolor, unas obras que avanzan con nula sensibilidad y apoyo de las diferentes administraciones, una organización con más bajas y deserciones que ilusiones, y toda la incertidumbre de transitar con el precipicio como único compañero de viaje…

No, estas vacaciones no deben ser optativas. Su salud primero, y lo mucho que nos jugamos todos bajo su mando y comando después, no solo merecen, sino que obligan a parar del todo, por todos y sin excusas.

El nuevo proyecto está lanzado, los números ya no se ven tan cuadrados, y el soci, que ya sabemos que se ilusiona con poco, ya está ávido de ver de nuevo el vuelo de la pelota, ahora con acento alemán, y sin importarle adn’s u otras chorradas de iluminados…

¡A descansar! Si quiere ocupar el tiempo, que en la Costa Brava y junto a su inseparable amigo Xavi Puig, vaya pensando cómo aligerar sus cargas o cómo mejorar la organización, que falta hará…

Otros se quedan a trabajar, sin baño, y solo hidratados por botellines de agua con ese odioso taponcito enganchado. Es lo que tiene ser nuevo o haber suspendido…

¿Les suena…? Como en todas las familias.