Opinión

La sombra de nuestro tesoro

Joan Laporta en la entrevista con Barça One

Joan Laporta en la entrevista con Barça One / Barça One

Llevamos ya tres días analizando la entrevista al presidente blaugrana, y un servidor, que también ha tenido la ocasión de opinar al respecto y en más de un medio, no les va a aburrir con más conclusiones. El “qué” ya ha sido tratado y trillado, por lo que me interesa más analizar “el cómo, el dónde y el cuándo”.

Laporta estuvo más cauto y apagado de lo habitual y, seguramente, excesivamente preparado. Cuando encorsetas y parametrizas una entrevista o discurso, ciertamente éste queda refugiado y seguro en el terreno de lo analizado y lo esperable, pero ¿es realmente lo que conviene y, sobre todo, lo que espera un socio preocupado, ávido de encontrar la seguridad, confianza y estímulos que no se han dado ni ha ofrecido el terreno de juego? Laporta es una bestia a la hora de compartir, de expresar y conectar, y ese don que en su caso lo tiene porque así lo parieron, y que transmite por cada poro de su piel, su mirada, su expresión y su facilidad de palabra, se vio dramáticamente diluido y deslucido por la falta de frescura.

El presi dijo grandes verdades que sus haters se apresuraron a tildar de cortinas de humo como si no fueran ciertas, cuando lo eran, ¿o no es verdad que el Club-Estado es hoy una bestia poderosa gracias a haber campado a sus anchas donde y cuando le ha dado la gana con favores que se han convertido en leyes, terrenos de cultivo expropiados en dictadura que, explotados por el club blanco, hoy son opulentos centros de ocio y negocio, y prerrogativas vergonzantes que ahora se imponen como normativa para todos? Laporta pudo escoger el camino del “queda bien” y no lo hizo, contó la verdad, la suya al menos, para intentar calmar y tranquilizar la parroquia en un momento de indiscutible crisis, pero solo lo consiguió a medias por un motivo: Él solo fue Jan Laporta a medias, y cuando te quedas a la mitad, y no me sean mal pensados, el objetivo no se alcanza y la satisfacción se esfuma.

La comparación con el todopoderoso Madrid es inevitable, pero no todo está perdido. Ellos tienen las estrellas de moda, los focos, los medios y la opulencia de su favorecida y enriquecida arca, nosotros, aunque un poco distraída, la potencia de una marca.

No intentemos ser lo que a corto no somos ni seremos, y alimentemos nuestro tesoro, nuestros valores y nuestra razón de ser: Nuestra marca, ahí seremos indestructibles. Talento, profesionalidad, ingenio y astucia es lo que necesitamos para hacerla gigantesca, y verán como su sombra sumirá en la penumbra lo único que ellos tienen: el dorado, favorecido y deslumbrante dinero.