COMITÉ FEDERAL

Sánchez aísla a los díscolos por el concierto catalán y allana el control del congreso del PSOE

La marejada en el PSOE por el acuerdo con ERC se diluye y Sánchez logra alejar un frente de contestación en el congreso federal, entre la inquietud en algunos barones por los relevos territoriales

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a parte de su dirección durante el arranque del Comité Federal celebrado este sábado en Ferraz.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a parte de su dirección durante el arranque del Comité Federal celebrado este sábado en Ferraz. / Europa Press

Iván Gil

El Comité Federal del PSOE de este sábado fue prácticamente un Comité Federal más. No llegó a ser de trámite, por el debate latente sobre la financiación autonómica con diferentes sensibilidades, pero las intervenciones de puertas adentro estuvieron alejadas del eco de la contestación interna al concierto catalán que precedió a la reunión del máximo órgano de decisión del partido. La oposición manifestada en las últimas semanas por barones tanto afines como críticos se suavizó tanto en el tono de las intervenciones como en su número. Una vez más, los secretarios generales de Castilla-La Mancha y Aragón, Emiliano García-Page y Javier Lambán, respectivamente, se quedaron solos. Incluso en el entorno de estos últimos reconocían a la salida la falta de crítica en sus homólogos, aun interpretando que en el fondo desde alguna otra federación se compartía en grueso de sus posiciones.

Pedro Sánchez pidió unidad y alinear discursos durante su intervención final, pero algunos entienden que la principal llamada a la cautela proviene de que haya abierto la renovación de liderazgos territoriales con la convocatoria del congreso federal. Tras ratificarse este sábado la cita congresual de los socialistas, del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla, los regionales deberán celebrarse en cascada en el plazo de tres meses, como marcan los estatutos. El propio García-Page ironizaba en privado respecto al congreso regional en Castilla-La Mancha que no sabía si sería su cónclave o “el de otros”, en referencia a que Ferraz quisiese imponer su relevo.

La continuidad de Page, uno de los tres únicos barones que gobierna y el único con mayoría absoluta, no estaría en cuestión, según fuentes del partido. Sin embargo, la posibilidad de remover liderazgos, más allá de Aragón y La Rioja por la salida de sus secretarios generales, se extiende a Madrid, Andalucía, Castilla y León y Extremadura. En este último territorio, fuentes del partido llaman la atención sobre que la posición crítica de su secretario general, Miguel Ángel Gallardo, no está gustando en sectores de la federación. De ahí que no cierren la puerta a que pueda presentarse una candidatura alternativa para disputarle la secretaría general si no contemporiza con este sentir.

Gallardo apenas lleva desde marzo al frente del partido tras imponerse en primarias por el paso a un lado de Guillermo Fernández Vara. Según recuerdan fuentes de Ferraz con un tono de aviso, lo hizo con un estrecho margen (55,7% de los votos). El discurso del líder extremeño, aun comedido en el tono, fue el único que al margen de Page y Vara destacó su “preocupación” por el pacto con ERC y puso énfasis en su carácter insolidario con el resto de territorios.

Otros que habían manifestado antes ciertas reticencias, como el madrileño Juan Lobato mostraron su total sintonía con la dirección, al igual que el andaluz Juan Espadas. Luis Tudanca, líder del partido en Castilla y León, se limitó a valorar la "valentía" de hablar de financiación autonómica y se alineó con el argumentario de que si se garantizan “recursos para todos”, como anunció Sánchez, el concierto catalán tendrá su apoyo. En este alineamiento, especialmente llamativo fue el paso de líder del partido en Madrid, que incluso se ofreció para coordinar la ponencia del congreso federal en el área de financiación autonómica con el ánimo de cimentar un consenso interno que cierre el debate.

Impacto electoral

Fuentes cercanas tanto a Page como Lambán coincidieron, tras quedarse solos, en advertir a sus homólogos que con la defensa del concierto catalán no podrán reconquistar los gobiernos autonómicos. “Si defiendes esta financiación no puedes ir a unas elecciones autonómicas”, explicaban desde Castilla-La Manca. Lambán, por su parte, advertía en su intervención que a cambio de la investidura de Salvador Illa y de conservar La Moncloa el “color azul” del mapa político territorial “será cada vez más intenso”. Aun reconociendo cierta decepción al no conseguir más adhesiones a sus posiciones, ambos dicen estar ya acostumbrados a remar a contracorriente. Lo que sí afearon fuentes de la cúpula de estos territorios díscolos es que “antes había libertad de discrepar” contra los secretarios generales.

Con este repliegue dentro del partido, el presidente del Gobierno y líder de los socialistas allana el camino para el control del próximo congreso federal. No estará exento de debate, pero la relajación de las posiciones en el Comité Federal hace que se diluya la posibilidad de un frente amplio de barones que traten de condicionar la hoja de ruta. Desde uno de estos dos territorios díscolos, reconocían las dificultades para articularlo tras la pérdida del poder territorial en las últimas autonómicas, que sitúa en una posición de debilidad frente a la cúpula federal a sus barones.

Singularidades para todos

La ponencia marco del congreso será el documento donde se plasmará la renovación ideológica y programática, y para coordinarla se han elegido a personas de la total confianza de Sánchez: la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, la secretaria de Estudios y Programas, Idoia Mendía, y el presidente la Fundación Avanza, Manu Escudero. El comité organización, por otra parte, estará con coordinador por el secretario de Organización, Santos Cerdán, y la vicesecretaria general y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, como adjunta.

La propuesta de la dirección pasa por ahondar en una propuesta de más corte federal, con unas voces que incluso llaman a “resetear” la declaración de Granada donde se consensuó el actual modelo, y una suerte de café para todos en materia de financiación singular. Con más traspasos y que las comunidades autónomas “recaben más gravámenes”. Un modelo que describió como “una nueva etapa autonómica” que derive en un Estado federal.