FINANCIACIÓN AUTONÓMICA

Sánchez sortea el concierto catalán ante el PSOE y promete “transferencias y singularidades” a todas las CCAA

El líder de los socialistas intenta aplacar las críticas internas al acuerdo con ERC prometiendo más financiación y con un renovado ‘café para todos’

El líder socialista y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), habla con la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero (Andalucía), durante el Comité Federal del PSOE este sábado en Madrid.

El líder socialista y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), habla con la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero (Andalucía), durante el Comité Federal del PSOE este sábado en Madrid. / EFE/ Juanjo Martín

Pedro Sánchez ha pasado de puntillas por el concierto catalán en el Comité Federal que los socialistas celebran este sábado. Precisamente, no pocos barones acudieron con las espadas en alto por su oposición al acuerdo y reclamando más información. Frente a ello, el líder de los socialistas se limitó a referirse a la financiación autonómica para diseñar un modelo federal que extienda “a todas las comunidades autónomas” que lo reclamen más transferencias de competencias y reconocimiento de singularidades. Una suerte de ‘café para todos’ o, al menos así lo ha dibujado, al mostrarse dispuesto a que las comunidades autónomas “recaben más gravámenes”. “En financiación el verdadero debate no es entre territorios, sino entre modelos”, defendió para cambiar los términos de la discusión política por el concierto catalán.

Un modelo que ha descrito como como “una nueva etapa autonómica” que derive en un Estado federal. A partir de ahí intentó aplacar las críticas sobre los privilegios a Cataluña, sin mencionar estos argumentos que han hecho entrar en ebullición a varios territorios socialistas, porque con estos cambios se crearía “un sistema de financiación más justo” y, sobre todo, “más recursos”. Tras ello volvió a insistir en su propuesta de duplicar el fondo de compensación territorial, pero asociándolo a la corresponsabilidad. 

Pedro Sánchez arrancó su informe político celebrando el “logro socialista” de que la Generalitat esté en manos de Salvador Illa. Una investidura a cambio del concierto catalán que ha generado una contestación más transversal de lo habitualm en el partido. Frente a ello, el líder de los socialistas asoció la conquista de la Generalitat por parte de los socialistas catalanas para “hacer avanzar en progreso convivivencia y cohesión a Cataluña”. Tras ello, recordó el último comité federal, que se celebró a finales del pasado mes de abril en medio de su retiro para reflexionar sobre su dimisión. 

“Gobernar es un provilegio pero también puede ser duro”, reconoció ante el “coste personal” de los ataques y el “coste aún mayor” de los “hermanos o la pareja”, en referencia al caso Begoña Gómez. Algo que “me hizo mella”, se sinceró, para insistir en que “tengo la certeza de que merece la pena” seguir al frente del Ejecutivo para “transformar España”. “Si el precio es la difamación y la intimidación”, arengó a los suyos, “apretamos los dientes y tiramos hacia adelante”.

El presidente del Gobierno ha tendido la mano al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para abrir un “espacio para el diálogo y el acuerdo”. Con los puentes prácticamente rotos por el concierto catalán, pese al acuerdo para renovar el CGPJ el pasado mes de junio, Sánchez ha tratado de rebajar las expectativas de Génova sobre un fin anticipado de la legislatura al asegurar que se abre un tiempo de casi dos años sin convocatorias electorales. “Les pido que en esta nueva etapa sin elecciones a la vista abandonen esa oposición destructiva porque hay gobierno para rato”, conminó. 

Sánchez ha confirmado que en las “próximas semanas” mantendrá reuniones bilaterales con todos los presidentes autonómicos para trasladarles esta oferta. En Génova, sin embargo, ya cerraron filas este viernes con una reunión de barones donde manifestaron su renuncia a negociar bilateralmente con Sánchez la financiación. 

Si los populares ponen de manifiesto la insolidaridad que conlleva el concierto catalán, Sánchez ha dado la vuelta a estos argumentos para señalar que la insolidaridad es la de las comunidades autónomas de la derecha “con sus regalos fiscales”. “Qué mayor insolidaridad que el de estas comunidades de la derecha que según llega el dinero del Gobierno del Estado lo derivan con regalos fiscales al bolsillo de los de arriba, de quienes más tienen”, recriminó. Para Sánchez, el debate sobre la financiación alentado desde las filas populares solo sería una “coartada” para “ocultar su proyecto neoliberal” que tildó de recortes en servicios públicos y privatizaciones. 

Como ya hizo durante el discurso de arranque del curso político el pasado miércoles, Sánchez contrapuso frente a las amenazas de bloqueo legislativo e inestabilidad que “hay gobierno para rato” y “tenemos las pilas cargadas”. De hecho, insistió en que se presentarán los Presupuestos y que profundizará su agenda “con o sin apoyo de la oposición” o hasta “sin el concurso del poder legislativo”.