PRESUPUESTOS

El PSOE se planta contra el "chantaje" de Junts y espera que aclare estrategias en su congreso

La posibilidad de una revisión de la acción política en Madrid tanto de Junts como ERC, así como un hipotético cambio de sus interlocutores, dejan al Gobierno a la expectativa y decidido a estirar la legislatura aun sin su apoyo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el Comité Federal del PSOE celebrado el pasado sábado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el Comité Federal del PSOE celebrado el pasado sábado. / Carlos Luján / Europa Press

El Consejo de Ministros aprobará este martes los objetivos de déficit. Lo hará por segunda vez, después de que Junts los tumbase en el Congreso el pasado mes de julio obligando al Ejecutivo a reiniciar la tramitación de los Presupuestos. Un aviso ante el que el Gobierno está decidido a decir basta a la presión parlamentaria de los posconvergentes, cuyos votos son imprescindibles para asegurar la gobernabilidad. Sin renunciar al “diálogo”, en Ferraz pasan al contraataque para mandar el mensaje a los de Carles Puigdemont que seguirán gobernando con o sin su apoyo, abriendo la puerta a una nueva prórroga de las cuentas públicas. En la dirección federal trasladan así que cuando Pedro Sánchez aseguró ante el Comité Federal del PSOE que remataría la legislatura “con o sin concurso del poder legislativo” el principal destinatario de estas palabras era Junts.

Los socialistas tienen la vista puesta en el congreso de Junts, que celebrarán a finales de octubre, con la expectativa de que definan su estrategia en el Congreso. De que “decidan qué quieren ser de mayores”, señalan gráficamente fuentes socialistas y cuestionando que se quiera ser fuerza de gobierno o de impugnación permanente uniendo los votos a PP y Vox. Precisamente, la posibilidad de que salga adelante una moción de censura obligaría no solo a poner de acuerdo a populares y convergentes, sino a contar con el concurso también de los de Santiago Abascal.

Un miembro de la cúpula Ferraz señala que hasta la celebración del cónclave de Junts todo está en el aire y reconoce que “es muy importante” de cara al futuro de la relación entre ambos partidos. Por el momento, añade respeto a los interlocutores posconvergentes, “están herméticos”. Pase lo que pase, tanto en el plano orgánico como de proyecto político, en el Ejecutivo avanzan que “nos vamos a arriesgar” y se presentará el proyecto de Presupuestos para 2025, aun sin tener garantizados los apoyos. Salgan o no adelante, en el Gobierno descartan que vayan a adelantarse las elecciones generales e insisten subrayar que quedan tres años de legislatura.

“Se presentarán [los Presupuestos] porque es la obligación del Gobierno”, concluye otro ministro socialista. Eso sí, evita poner fechas y hasta deslizan que podrían demorarse más allá de septiembre, cuando la Constitución marca que deberán presentarse “al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior”. Este ministro rebaja el papel protagonista de Junts al ironizar sobre que “estamos en el apocalipsis permanente” desde la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa en 2018. En la misma línea, se justifica la apuesta por seguir adelante, aun sin aprobar unas primeras cuentas públicas en esta legislatura, recordando que Mariano Rajoy lo hizo “siete años con dos presupuestos”. El “espíritu” de este Gobierno, señalan las mismas fuentes, pasa por avanzar “ley a ley”.

En el PSOE trasladan igualmente cierta sensación de paréntesis en la relación con ERC. Los republicanos tienen fijado su cónclave para el 30 de octubre y en este contexto los socialistas admiten que no tienen interlocutores a los que dirigirse. Ante este congreso de ERC, la secretaria general, Marta Rovira, ha anunciado su salida, mientras que Oriol Junqueras renunció a la presidencia del partido para optar a su reelección. Por el momento, se han presentado varias candidaturas para competir por el liderazgo del partido.

Reuniones en Ginebra

En el caso de Junts, señalan los socialistas que las reuniones en Ginebra se mantendrán. Mensualmente, como marca el acuerdo de investidura, y con presencia de mediación internacional. Sin embargo, las centran en cuestiones más de fondo que no tienen que ver, según aseguran, con la legislatura o el día a día de la relación parlamentaria. En Ferraz tampoco descartan la posibilidad de que Carles Puigdemont pueda dar un paso al lado. Pese a no tener cargos orgánicos en Junts, encabeza el equipo de negociador de su partido con el PSOE.

La posibilidad de una revisión de las estrategias en Madrid tanto de Junts como ERC, alimentada por un hipotético cambio de sus interlocutores, son elementos por los que en Ferraz dicen que ni querrán ni podrán mover ficha respecto a los cambios legislativos para comenzar a desarrollar fiel concierto catalán. “Con quién lo negociamos”, responden ante la situación de interinidad en que se encontrarán los republicanos hasta el próximo mes de diciembre.

Sin réplicas a ERC

Es por ello que, para intentar no interferir en este proceso evitan entrar a responder las declaraciones de dirigentes de ERC sobre el pacto fiscal. Interpretan que estos mensajes están condicionados por la batalla interna en el seno del partido. Con posiciones de máximos al estar dirigidas a los militantes, cuyo voto decidirá el liderazgo en ERC.

Las fechas en las que ERC celebrará su proceso congresual coincidirán con el 41 congreso federal del PSOE. Otra cita en la que se esperan también cambios orgánicos y una revisión estratégica y programática, aunque sin contestación sobre el liderazgo de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE allanó en el Comité Federal de este sábado el control del proceso congresual al aislar a los díscolos contra el concierto catalán. No estará exento de debate, pero la relajación de las posiciones hace que se diluya la posibilidad de un frente amplio de barones que traten de condicionar la hoja de ruta.