Laia Rodríguez, jugadora de pádel |

Laia Rodríguez: “Mi primer entrenador se pensaba que era diestra”

La catalana Laia Rodríguez -junto a Núria Rodríguez- se convirtió en una de las sensaciones de la gira sudamericana del Premier Padel

"El equipo trabajó muy bien el partido ante Delfi y Bea. Queríamos una victoria así"

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Laia Rodríguez celebra el triunfo ante Delfi y Bea, el más importante de su carrera

Laia Rodríguez celebra el triunfo ante Delfi y Bea, el más importante de su carrera / Premier Padel

Àlex Masana

Laia Rodríguez (Collbató, 2004) es uno de los grandes talentos del pádel catalán. Pese a ser una jugadora zurda, siempre se ha fijado en Ari Sánchez. Poco a poco va apareciendo en las últimas instancias de los cuadros de Premier Padel y su nombre empieza a sonar con fuerza con triunfos -junto a Núria Rodríguez- como el del jueves pasado ante la pareja más en forma del momento, Delfi Brea y Bea González. Habla con SPORT después de la gira sudamericana. 

¿Cómo estás? ¿Te ha sentado bien la gira sudamericana? 

La verdad es que me siento muy feliz y muy cansada. A partes iguales. Estas giras son muy duras. Estás muchas semanas fuera de casa, dando muchas vueltas. Además de los cambios de hora y de temperaturas afectan mucho. Mental y físicamente. Pero, aprendes a adaptarte y la verdad es que ha ido bien. 

Da la sensación de que estás en un buen punto de tu carrera. 

Si. Hace meses me cambié de pareja y empecé a jugar junto a Núria Rodríguez y nos hemos compenetrado muy bien. La adaptación ha sido muy buena, hemos logrado hacer buenos partidos y estamos compitiendo a un buen nivel. 

¿Por qué crees que se dio el triunfo ante Bea González y Delfi Brea?

Era una primera ronda muy complicada. Lo sabíamos. Pero con el equipo lo trabajamos muy bien. Y jugamos muy bien. Llevábamos mucho tiempo buscando un partido así y contra un rival como ellas. Y nos salió redondo. Fue una mezcla de sentimientos por qué no nos lo esperábamos para nada. 

Además, perdisteis el primer set. Eso aún le da mucha más épica. 

Lo hace más especial. Por qué, además, lo perdimos de la manera que lo perdimos. 6-1. Nos lo ganaron fácil y lo teníamos muy complicado. Pero, entonces empezamos a hacer las cosas como las teníamos que haber hecho desde el principio. Jugamos más centradas y a lo que tocaba. Y mira… nos salió. .

¿Qué os dijeron? ¿Cómo fue el pospartido?

Para ellas fue una hostia dura y se pusieron a llorar. Llevaban mucho tiempo jugando muy bien. Pero nos llevamos muy bien y nos felicitaron. Bea y Delfi entrenan con Núria en la Academia M3 y todo quedaba en casa. Casi era un partido de entrenamiento de su academia.

¿Es tu mejor victoria?

Mi mejor victoria quizás fue en los cuartos del torneo de Leganés de UPT. Y llegar a estos cuartos de Chile, sí. Pero también le doy mucho valor a toda mi trayectoria en los torneos de menores. 

Después de ganar a Bea y Delfi no os dejasteis ir y esto también tiene su mérito.

Si… porque después de ganar una pareja 2 de Premier te puedes llegar a relajar. Pero, salimos muy concentradas. 

¿Cómo os definís como pareja?

Ultracompetitivas. No damos una bola por perdida. Núria defiende muy bien. Es muy sólida. Y yo quizás soy un poco más agresiva. 

¿Os replanteáis objetivos? 

Después de un buen resultado como el de Chile, quieres seguir trabajando. Aunque estés cansada mentalmente. Ir a por los objetivos con más ganas que nunca. Y para los siguientes torneos, queremos seguir disfrutando sobre la pista. Lo estamos consiguiendo. No queremos objetivos que vayan mucho más allá. Eso hará que saquemos nuestra mejor versión y nuestro mejor juego para poder competir. 

¿Quién es Laia Rodríguez?

Tengo mucho carácter y soy luchadora. Me gusta definirme así. Y muy competitiva. Tengo muchas ganas por mejorar y para seguir subiendo mi nivel. Y agresiva. Esto es lo que contrarresta en como soy fuera de la pista. Soy amable, tranquila… y me gusta desconectar. 

Como mucha gente, tú vienes del tenis. Pero… tienes una historia un punto peculiar, ¿no?

Mi entrenador de cuando jugaba a tenis pensaba que yo era diestra. Y no había manera de que me cambiara. Mi madre se enfadó y me puso a jugar a pádel cuando abrieron el club de pádel al lado del de tenis. Allí me quedé. Y jugando con la zurda, claro.