Opinión

Mi hermano, mi ‘bro’

Lamine y Nico son la representación del nuevo fútbol y de la sociedad

Nico Williams y Lamine Yamal muestran su buen rollo antes del España - Georgia

Nico Williams y Lamine Yamal muestran su buen rollo antes del España - Georgia / Pablo García / RFEF

Es de recibo reconocer que esta Eurocopa nos está dejando momentos, reflexiones, reacciones y adhesiones que suman más allá de los resultados deportivos. Aunque peine canas, me encanta perderme en la aplicación ‘TikTok’ buscando las últimas noticias en el antiguo formato del ‘aquí te pillo, aquí te mato’ o un ‘rapidito’ en el que aparezcan estos futbolistas jóvenes de allá y, sobre todo, de aquí. Escribir sobre la conexión Lamine Yamal-Nico Williams en el campo y fuera de él sé que no me hará merecedora del Pulitzer. Pero iré un paso más allá. Me empujan el nuevo ‘grafiti’ de TVboy y lo que proyectan, día tras día, estos dos chavales que representan a un país en el que han dado más bofetadas que reconocimientos a los que los han parido. Son chicos muy jóvenes, muy educados, muy desacomplejados y muy conscientes de la realidad. Si los futbolistas viven en una burbuja, estos chicos se divierten soplando pompas de jabón. Tienen un callo mamado y heredado que les da alas y un conocimiento irracional y primario muy real de lo que es la vida más allá del balón. Con 22 y 17 años que cumplirán el 12 y el 13 de julio, respectivamente.

Mi hermano. Mi ‘bro’. Y, con un poco de suerte, ‘germà’. Eso se lo dejaremos al presidente del FC Barcelona, que ha superado la barrera del 30 de junio con el barcelonismo entretenido con estos dos chavales y el ir y venir de los Joaos. Aburre hablar de números y Laporta, el más avispado de la clase, ya se ha encargado de mantener un inteligente silencio. El fichaje más importante de la temporada hasta la fecha, Hansi Flick, sigue sin aparecer más allá de la portada de la revista que recibimos los socios y las socias y, por lo que sé, está realizando una inmersión a nivel audiovisual que le tiene ocupadísimo. Hace bien. El saber no ocupa lugar. El poder de decisión sobre ese conocimiento ya es otra cosa.

Piedra, papel y tijera. Más listos que el hambre, Nico y Lamine Yamal se ‘jugaron’ el botellín de agua en el césped con un clásico con el que yo me dejaba los nudillos con mi prima Mercè para saber quién sería la primera en ordenar la habitación. Hay cosas que no cambian y mi ‘sis’, mi hermana, la ‘meva germana’ sigue tan cómplice como hoy lo son este par de talentos futbolísticos. Espabilados, desacomplejados y muy conscientes de su realidad, ambos han asumido con naturalidad el papel que les ha tocado en la película de la Roja. Son sanos y listos. Son la representación del nuevo fútbol y de la sociedad. Abrir la mente y las miras seguro que a los y las veteranas les facilitará ese paso más allá del tiki-taka que hoy convive con el TikTok o, lo que es lo mismo: rapidez, inmediatez, verticalidad, efectividad y electricidad.

Seguro que los ‘bro’s’ también disfrutan de la pausa y la reflexión. Solo hay que escucharles más allá de los titulares. Ambos han crecido y se han multiplicado de la mano de sus ídolos, que hacían del tiempo de calidad una genialidad. Conviven con la supervivencia y con ello suman vivencias. Pase lo que pase el viernes ante Alemania, el mensaje de ambos y de los que sudan, peinan semejantes cabelleras y se buscan la vida en las calles y en los campos esta ahí. Me pilla mayor pero viva. Y con los sentidos hermanados con la evolución.