Opinión

El fichaje es Dani Olmo

Si Nico Williams no viene será porque le han faltado (nada que objetar) las ganas que sí tiene el canterano

Dani Olmo, en una imagen de 2019

Dani Olmo, en una imagen de 2019 / DAVID RAMÍREZ

El Barça mantiene, con y sin micrófonos, que logrará las condiciones para fichar y que operaciones tan importantes como las que suponen firmar a Dani Olmo o Nico Williams son posibles. La pasada temporada fue imposible reforzarse más allá de la llegada de Oriol Romeu, pero durante los primeros meses de Joan Laporta en la presidencia el movimiento fue constante.

Su primer verano sirvió para acuñar el concepto “palanca”, un sustantivo que ha pasado a la historia durante el mercado de fichajes estival de 2023. El Barça, en este tercer verano, se está dando un baño de realidad porque necesita ofrecerle una plantilla de garantías a Hansi Flick y no tiene los recursos de 2022 para obtener líquido. El escenario, pues, a simple vista no parece el más adecuado para ejecutar un golpe de efecto y, mucho menos, para que los golpes sean dos.  

La lógica invita a pensar que el Barça debería mantener un perfil bajo en materia de fichajes, intentar ilusionar poco y vender como un triunfo incontestable y esperanzador de cara al futuro la rebelión interna que está protagonizando la cantera en Estados Unidos. Pero la lógica en el fútbol va a su bola y en el Barça tiene vida propia. De ahí que la inconsciencia, la osadía o la genialidad sean conceptos hoy compatibles en el club según la mirada de quién interprete todo lo que está pasando.

Hansi Flick sonríe a cámara junto a sus ayudantes

Hansi Flick sonríe a cámara junto a sus ayudantes / Valentí Enrich

Dejando a un lado todo lo dicho, pongámonos en un escenario previo a la pandemia en el que el Barça se siente poderoso. En una situación de teórica (no real como más tarde se sabría) normalidad, si el club estuviera gestionado gracias al funcionamiento orgánico de una estructura bien definida, Deco tendría la última palabra a la hora de priorizar fichajes, Flick tendría voz y no voto y Laporta, junto al vicepresidente deportivo y el económico (se fue) alzarían el pulgar o señalarían hacia abajo. Como la gestión no va hoy en esa dirección, todo cuesta más.

La lógica en el fútbol va a su bola y en el Barça tiene vida propia

El capricho de Nico Williams, aún no descartado, ha servido para casi perder a otro de los fichajes que la dirección deportiva y el nuevo entrenador consideraban también prioritarias. Afortunadamente, Dani Olmo ha puesto mucho de su parte para que la operación siga viva. El precio para ambos, más o menos, era el mismo, pero el Barça (Laporta) arriesgó demasiado con el extremo del Athletic mientras el ex canterano blaugrana recibía ofertas que, en condiciones normales, habrían sido irrechazables.

De hecho, lo que está ocurriendo este verano es muy simple de interpretar. Si Nico Williams no juega al lado de Lamine Yamal será porque le han faltado las incondicionales ganas que sí ha tenido Olmo de volver a casa. Falta un paso. Que no se equivoquen de camino.