Opinión

El difícil equilibrio

El once inicial de Hansi Flick para el Barça - City de la pretemporada 2024/25

El once inicial de Hansi Flick para el Barça - City de la pretemporada 2024/25 / VALENTÍ ENRICH

El verano futbolístico está siendo cuando menos desconcertante para el seguidor barcelonista. Pocas novedades en la configuración de la nueva plantilla, noticias confusas sobre las salidas y llegadas de nuevos elementos, y por suerte, prometedora irrupción de jóvenes talentos en la Gira americana. La única alegría en mucho tiempo es el sorprendente rendimiento y el atrevimiento de cada vez más jugadores de la cantera. No les intimida un enorme estadio americano con casi 65.000 espectadores en las gradas, un rival con los Haaland, Grealish o Gvardiol en sus filas o con el mismísimo Pep Guardiola en el banquillo. Tiran los penaltis decisivos como si estuvieran jugando una pachanga entre amigos y con una arrogancia impropia de su edad. Son una nueva y prometedora hornada de jóvenes talentos que amenaza y quiere irrumpir con tanta fuerza como lo han hecho los Cubarsí, Yamal o Héctor Fort.

No hay una ecuación perfecta, una regla matemática ni medida exacta para saber hasta dónde y cómo se deben utilizar estos nuevos talentos y poder calibrar el peso que debe soportar la cantera la temporada que comienza. Ese es el gran objetivo que tiene que afrontar Hansi Flick de cara a la temporada que comienza.

Es el difícil equilibrio entre apostar por los tuyos, los jóvenes, y mantener la exigente competitividad que el nombre del Barcelona exige. Esa es la cuestión. Es fácil dejarse llevar por la euforia o unos pocos partidos para pensar que siempre estarán ahí los chicos, sin quemarse, para sacar los objetivos adelante, y no es tan fácil, no. Vendrán malos momentos y los mismos que piden ahora la apuesta por ellos serán los que digan que no están aún a la altura.

Si al final se consolidan aunque solo sean dos o tres entre los Marc Bernal, Toni Hernández, Pau Víctor, Casadó, Domínguez, Cuenca, Astralaga... habrá valido la pena. Pero hay que ir con prudencia. Dosificando y arropándolos bien para no quemarlos antes de tiempo. Ese debe ser el objetivo, el equilibrio perfecto entre la ilusión canterana y el oficio y la experiencia que llega para sumar y ayudar a consolidar la base de ese futuro gran proyecto de la cantera. Porque habrá malos momentos, no lo duden, y habrá que protegerles.

El reciente éxito de la selección española con una mezcla de veteranos y jóvenes valores debe servir como ejemplo en la alta competición. No hay mayor nivel de exigencia que un torneo como ese en el que compiten los mejores jugadores europeos y los Yamal, Nico Williams, no solo no han desmerecido, sino que han marcado las diferencias en los momentos clave.

Eso sí, al final, y en caso de duda, no se lo piensen, apuesten por los de la casa, no perderán nada. No les decepcionarán. Es preferible morir con los tuyos, con una idea, por una filosofía, que en tierra de nadie, sin ningún sentido, sin ningún aliciente, sin ninguna ilusión.