Opinión

Bienvenido Mr. Flick

Su flema y talante es extraordinario. Ni una queja ni una mala palabra 

Hansi Flick, entrenador del FC Barcelona

Hansi Flick, entrenador del FC Barcelona / JAVIER FERRÁNDIZ

Cuatro ganados de cuatro disputados es su carta de presentación. Y jugando bien al fútbol. He querido esperar un tiempo desde la llegada del técnico alemán al Barcelona para darle el margen suficiente y de cortesía para valorar lo que ha significado hasta ahora la llegada del entrenador alemán Hansi Flick al Barcelona. Se acaban de cumplir los tres primeros meses desde su anuncio como nuevo técnico y empezamos a poder definir la primera impresión y balance a su actuación.

Flick es un hombre de club o al menos es un hombre que se adapta y que, lo que es más importante, acepta las situaciones tal y como le vienen. Así lo ha manifestado una tras otra en las ruedas de prensa que ha efectuado hasta el momento. Ni una salida de tono. Ni una mala cara. Alineado con el club, comprensivo, a lo mejor en demasía, con lo que se le da o se le puede conseguir en los despachos. De puertas afuera todo le parece correcto y lo asume como le llega.

A pesar de aterrizar en un país con una lengua y una cultura muy diferente y un fútbol particular, un club tan especial como este, y diferente al fútbol que él conocía, no ha tropezado en ninguna piedra y no se ha metido en ningún charco, por más que haya tenido ya alguna oportunidad.

Apuesta por la cantera

Su valiente apuesta por la cantera también tiene mérito. Los entrenadores suelen protegerse al inicio en los equipos en los veteranos del vestuario, es lo fácil. Flick, no. Hubiéramos entendido que un entrenador del Barça formado dentro del club hubiera apostado abiertamente por el plantel, pero que un tipo que llega desde Alemania, a las primeras de cambio, meta media docena de jugadores del filial, no, eso no lo veíamos venir ninguno.

Nos queda la duda de verle reaccionar ante las adversidades y los momentos difíciles, que, por desgracia, seguro que vendrán a lo largo de la temporada, pero de momento su flema y talante es extraordinario. Ni una queja ni una mala palabra. Ni árbitros ni calendario ni falta de fichajes. Nada.

Solo pedirle, Mr. Flick, que siga por este camino, que no cambie. Que siga sorprendiendo e ilusionando a los barcelonistas con unas sensaciones y una imagen que no esperábamos en este incierto comienzo de temporada.

Creo que Flick recibió la oferta de entrenar a un club como el Barcelona, alejado en su casa de Alemania, como un auténtico regalo caído del cielo. Como una oportunidad inesperada que te da la vida de relanzar tu carrera y de disfrutar, de verdad, de tu trabajo, a pesar de las actuales dificultades del Barça.

De momento en estas cuatro primeras jornadas antes del parón, es el hombre de moda en el fútbol español, ni Mbappé ni Julian Alvarez ni nadie y, a lo mejor, toda una bendición para el Barcelona. Bienvenido Mr. Flick.