FC BARCELONA

Dani Olmo nació para jugar en el Barça

El Mago confirmó a la parroquia del Estadi Olímpic que su impacto en el juego azulgrana es inmediato y decisivo

Dani Olmo celebra su gol en el Barça - Valladolid de La Liga 2024/25

Dani Olmo celebra su gol en el Barça - Valladolid de La Liga 2024/25 / JAVIER FERRÁNDIZ

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

Dani Olmo nació para ser futbolista del FC Barcelona y todo su largo periplo por Croacia con el Dinamo Zagreb, por Alemania con el RB Leipzig e incluso con España a través de sus diferentes categorías ha forjado un magnífico futbolista que, en esencia, es un genuino producto de La Masia aunque haya tenido que crecer, por las circunstancias, lejos del Camp Nou.

Esa podría ser la sinopsis de los 83 minutos de juego que brindó el delantero de Terrassa a un encandilado Estadi Olímpic que antes de celebrar el espectacular ‘siete’ que el Barça propinó al Real Valladolid (7-0), ya celebraba la resurrección de Raphinha y Lewandowski, la reafirmación de Lamine y Cubarsí... pero, por encima de todo, se deleitaba con la demostración de fútbol de Dani.

Su estreno oficial como jugador del Barça ante su público, demorado por los problemas burocráticos, fue una continuidad de su puesta en escena el pasado 27 de agosto en campo del Rayo Vallecano. Si en Madrid Hansi Flick le dio la alternativa saliendo del banquillo, este sábado lo puso directamente en el once inicial del que va a ser, sin duda, una de sus piezas básicas.

Dani Olmo, la espoleta para el juego de ataque

Situado en la media punta, Olmo desplegó su movilidad, su inteligencia para situarse entre líneas y desbordarlas, su verticalidad para llegar desde la mediapunta al área y disparar. Era evidente que el internacional azulgrana estaba deseando poder jugar y esas ganas, lejos de acelerarle, le han propiciado el punto justo para convertirse en una espoleta para el juego de ataque del Barça.

Amparado en su capacidad para asociarse con Lamine y Pedri al mismo tiempo que conecta con Raphinha y Lewandowski, Dani hizo tambalear la portería de Hein desde el inicio. A los cuatro minutos ya había disparado un balón al palo; a los nueve el colegiado Díaz de Mera le anuló un gol por fuera de juego; y a los 41' volvió a sacudir el poste de la portería vallisoletana.

No bajó su rendimiento tras el descanso. Al mismo tiempo que Raphinha firmaba el primer ‘hat trick’ de su carrera, que Lamine repartía su magia en forma de asistencias y Lewandowski consolidaba su liderato del Pichichi con una nueva diana, Olmo daba el pase de gol a su amigo Yamal, estaba en el origen del cuarto tanto barcelonista y, por fin, podía firmar uno propio.

Gol y ovación para El Mago

Fue en el minuto 82. Con su frialdad habitual, recibió en la frontal, recortó, se perfiló y, casi sin ángulo, tras abrirse un pequeño espacio que descolocó a su marcador, se desquitó de las ocasiones perdonadas con un remate ajustado y envenenado.

Dos partidos y dos goles del egarense. Tras la celebración, Hansi Flick le dio el relevo para que recibiera la ovación de la afición del Estadi Olímpic, encandilada con un Olmo que dejó claro que puede dar a la mediapunta del ataque azulgrana un dinamismo y una capacidad de desequilibrio que resultarán decisivos en muchos partidos que se encallen.