Opinión

Y ahora... ¿Qué hacemos?

El jugador del Real Madrid, Vinicius Jr.

El jugador del Real Madrid, Vinicius Jr. / EP

La RAE siempre me ilumina.

Bobo: Dicho de una persona faltada o escasa de entendimiento o de razón. 

Vinicius Jr., no nos engañemos, encaja perfectamente en esa definición, como encajaría también en la definición de talentoso, habilidoso, provocador o insoportable. Miren, yo, como cientos de miles de aficionados en este país, me declaro ya desbordado por sus tonterías, y es que una vez más y van ya unas cuantas, el brasileño la ha vuelto a liar, y esta vez con trascendencia mundial, por unas desmedidas declaraciones ante las cámaras de TV de la cadena más vista en el planeta, planteando un hipotético cambio de sede del mundial de futbol de 2.030 de continuar España sumida en un supuesto e inexistente racismo estructural. 

Mira, niñato (según la RAE: Persona joven, presumida y sin experiencia), España y por ende los españoles, ni es racista, ni valora y segmenta socialmente a sus habitantes por el color de su piel. España, lo que sí es, es exigente, rigurosa, crítica y generosa, y lo que no soporta son las personas que hacen de su narcisismo, una forma de vida. España no aguanta, deportivamente, e insisto: “deportivamente”, a los necios que anteponen el exhibicionismo personal al interés de su equipo, la provocación a la deferencia por el rival, la insolencia al respeto por el árbitro, y la desfachatez a la cortesía por la afición contraria. España lo que no acepta es la tontería, la bobería y la memez…

Hoy, haciendo un zapping radiofónico, escuchaba como todas las emisoras criticaban al jugador preguntándose, por un lado, si esas palabras podían hacer peligrar nuestro ansiado y deseado mundial, y, por otro, si Vinicius Jr. era consciente de la gravedad de su desaforada denuncia. Un servidor lo tiene muy claro, si damos por buena la definición de la RAE, y yo la doy, Vini Jr. es bobo, rematadamente bobo, y no… Al hacer esas declaraciones, tan injustas como absurdas (porque él sabe que no se le ataca por el color de su piel, sino por sus continuas chorradas), tengan por seguro que el futbolista no ha medido la nefasta trascendencia que siembra en el club y en el país que le ha hecho millonario, y al decir lo que dijo, lo hacía pensando exclusivamente en él y en que eso le podía colocar, y mucho, en el necesario victimismo para ganar su maldito balón de oro. Solo eso. De nuevo, puro egoísmo.

Y ahora, ¿Qué hacemos? El Madrid, seguro, tiene muchos de los mejores jugadores del mundo, alguno de los más ricos y, desgraciadamente para todos los que amamos el futbol, uno de los más bobos.