Flick deja ver las primeras pinceladas de su manual táctico

El Barça afrontaba el amistoso ante el Manchester City con la piel de cordero pero se marcha de Orlando sintiéndose vencedor. No solo por el resultado, sino sobre todo por la imagen mostrada. Múltiples jugadores jóvenes se reivindicaron en un envite que ya permitió ver 'pinceladas' de la obra que quiere crear Hansi Flick.

Marc Bernal: el pivote defensivo está en casa

Contento por cómo respondió defensivamente su equipo, el teutón explicó tras el encuentro que en algunos tramos del primer tiempo la zaga estuvo demasiado hundida. Hansi lo detectó en el descanso y el ajuste surtió efecto, tal como se pudo comprobar en la última media hora.

Aunque fue el City quien tuvo más posesión, el Barça demostró muy buenas maneras en la salida de balón. El propio Guardiola elogió dicha faceta en la sala de prensa. "Supieron encontrar muy bien al tercer hombre, los interiores aparecían desde segunda línea...", valoró el de Santpedor. Especialmente en la primera mitad, los mecanismos en una medular formada por Bernal, Casadó y Pablo Torre funcionaron a la perfección. Tanto en la base de la jugada con Bernal como cerca del área de Ederson con los dos últimos. De hecho, el cántabro marcó y el vallesano a punto estuvo de hacerlo también.

Presión alta, sí; temeridades, no

Por momentos se pudo ver también la presión alta del elenco azulgrana, aunque siempre con cabeza. Cuando los británicos salían desde atrás, los de Flick no dudaban en apretar, aunque cuando los de Pep ya habían logrado salir el Barça se replegaba con humildad, oficio y orden. Hansi entiende que la presión alta es innegociable pero eso no debe confundirse con temeridad. Y más ante un City que en muchos momentos monopoliza el cuero.

En su presentación, el alemán ya habló de un fútbol de toque pero algo más vertical y dejó caer que, a su juicio, en determinadas situaciones no había que devolver el balón hacia atrás sino acabar jugada. Se vio rápido cuando Julián Araujo, improvisado extremo, envió varios centros precisos en carrera en vez de ralentizar la acción.

En Orlando, el Barça protagonizó cuatro o cinco contraataques de manual, con alguno de los puntas bajando a recibir de cara para filtrar después un balón al espacio. Para el teutón no hay colmillo si no hay profundidad.

Sin alergia a un juego más vertical

En el 1-0 de Pau Víctor, pese a no tratarse de una transición, al Barça le bastaron dos pases, uno de ellos al primer toque de Casadó, para dejar al delantero en un mano a mano con Ederson. En la segunda mitad, Lewandowksi también dispuso de un par de ocasiones en contras muy bien armadas. Flick abraza con gusto las transiciones, como hizo Luis Enrique en su día.

Cuestiones tácticas al margen, a Hansi se le vio de nuevo sonriente y cariñoso con sus pupilos, como desde el primer día que asumió el mando. Cuentan quienes le conocen que el técnico ni se sobrepresiona ni sobrepresiona a los demás. Es solo trabajo, recuerda Flick para que todo fluya mejor. El teutón considera que la diversión es el mejor motor y no quiere dramas o miedos equivocarse. Es muy pronto pero la idea pareció funcionar en Orlando, donde casi todos sus 'cachorros' mostraron desparpajo.