Southgate, un adiós entre el amor y el odio

El ya ex seleccionador inglés deja el banquillo tras 102 partidos, dos semis de Eurocopa y la división entre los que lo adoran y los que ven en su plan un lastre

En el horizonte de futuro de los ‘Pross’, el deseo de mantener el ritmo competitivo, pero también mejorar el fútbol que despliegue una generación top

Gareth Southgate, tras perder la final de la Eurocopa

Gareth Southgate, tras perder la final de la Eurocopa / Agencias

Betfair

Betfair

Se acabó. La era Southgate es historia en la Selección Inglesa. El técnico y su staff se despidieron dos días después de haber perdido la final de la Euro 2024 frente a España en una carta en la que renunciaban a su cargo y daban las gracias por la oportunidad recibida de entrenar a los ‘Pross’. “Como orgulloso inglés, ha sido el honor de mi vida jugar para Inglaterra y dirigir a Inglaterra. Ha significado todo para mí y lo he dado todo”, dijo en una larga misiva que ponía punto y final a ocho años al frente del combinado nacional (antes dirigió tres años a la sub-21) y 102 partidos. Sus logros: dos finales de Eurocopa con sendas duras y dolorosas derrotas que han dividido al planeta fútbol en torno a su figura.

En Inglaterra, su propia nación, lo adoran. Este ex futbolista de Crystal Palace, Aston Villa o Middlesbrough jamás fue ídolo como jugador, pero sí lo ha conseguido como técnico precisamente por hacer soñar a su país con algún título, una quimera que el país inventor del fútbol no logra desde 1966 (un Mundial que ganaron en su casa y con polémica por el famoso gol fantasma de Hurst). Aumentar esa competitividad, meter a Inglaterra por fin entre los equipos que pelean por los títulos es un mérito que el país le atribuye a él. Solo a Southgate.

Los resultados, desde luego, le avalan. Porque los números fríos dicen que el preparador ha conseguido un 67,86% de victorias. Un porcentaje muy elevado para un técnico que ha logrado sobrevivir ocho años al cargo. Ningún otro entrenador permaneció tanto tiempo en un banquillo tan caliente desde Bobby Robson, ex técnico también del FC Barcelona, que se mantuvo en el cargo desde 1982 hasta 1990. En ese periodo su porcentaje de triunfos fue del 49,5%. Sirva como referencia que Del Bosque se situó en el 79,24% y Guardiola acumula una media de 77,95% en su carrera. Ocurre que, en el caso de Southgate, esas cifras se han conseguido en base a un estilo que ha generado división más fuera que dentro de Inglaterra.

Adorado en Inglaterra, criticado fuera

El resto del panorama internacional no está tan del lado del ya ex seleccionador inglés por su estilo, un fútbol altamente defensivo y obsesionado con ‘el plan’ que apenas varía según las circunstancias. Se vio en la final de la Euro, cuando, con 1-0, el equipo se soltó más en ataque y logró la igualada. Pero desde el tanto de Palmer, Inglaterra se replegó de nuevo abrazando ‘el plan’. Dejó de atacar, se dejó someter para defender el marcador y acabó arrasado por España. Ese abuso de un fútbol cuadriculado, dicen fuera de las fronteras de las Islas, lastra a una generación de grandes talentos que podría dar más (consideran estos críticos) si no se sometiera a semejante corsé táctico. Voces que resuenan también dentro de Inglaterra, no sólo fuera.

La alternativa Guardiola

Por eso ahora que la Federación Inglesa (FA) le busca recambio, se estudian todas las opciones para un banquillo al que le sobran candidatos no sólo ingleses, sino también extranjeros precisamente en busca de un juego que sea algo más alegre, pero igualmente efectivo. Entre esa terna de técnicos foráneos, el nombre de Pep Guardiola emerge como una suerte de entelequia. Primero, por los plazos. Pep Guardiola termina contrato en 2025 y hasta entonces no podría unirse (si es que quisiera hacerlo) al combinado nacional. También es complicado convencer a un entrenador de tanto éxito como Guardiola, tan acostumbrado a la vida de los clubes, para unirse a un proyecto de altísima presión y en el que jamás ha probado suerte. Un equipo de competición regular no es lo mismo que una selección. Por todo ello es complicado… pero no imposible.

Muchos aficionados ingleses sueñan con ver a su país jugando como el City de Pep. Su larga trayectoria en la Premier League (ocho años, camino de nueve) lo convierten casi en un ‘asimilado’ más, sin tanta percepción de técnico extranjero como sucedió con Erikson o Capello, los últimos entrenadores no ingleses que dirigieron al combinado de los tres leones.

En las apuestas de fútbol de Betfair, con todo, se sabe que no es una opción inmediata. Por eso los pronósticos lo colocan alejado, con una probabilidad implícita del 3,4%.

La opción de Klopp y tres candidatos ingleses

Alguna opción más dan esas apuestas a Jurge Klopp por estar ahora sin equipo. El entrenador alemán dejó el Liverpool hace un año y anunció que se tomaría una temporada sabática, pero quizá la llamada de Inglaterra y el ritmo relativamente menor de una selección frente a un club puedan convencerle de que sea su próximo reto, visto, además, que Nagelsmann seguirá dirigiendo Alemania hasta el Mundial de 2026. El combinado germano parecía ser el destino de Klopp, un futuro que, en todo caso, deberá esperar.

Más allá de las vías extranjeras (entre las que también se encuentra Pochettino, ahora en el Chelsea), todo apunta a que el recambio inmediato de Southgate será inglés. En los pronósticos Howe (Newcastle), Potter (sin equipo tras su paso por el Chelsea) y Lee Carsley (entrenador de la sub-21) emergen como opciones con más posibilidades de hacerse con el puesto de Southgate y el reto de mantener las expectativas creadas por Inglaterra en los últimos tiempos. Un reto difícil, pero no imposible.