Opinión

Vitor Roque: Paranormalidad demasiado habitual

Todos salen retratados: Cury, Deco y Laporta

Vitor Roque con el Barça

Vitor Roque con el Barça / SPORT

 El caso Vitor Roque podría dar para el guión de una de las películas de M. Night Shyamalan, donde el misterio convive con lo paranormal con toda normalidad, también permitiría a Iker Jiménez ofrecer un análisis, a horas intempestivas, en Cuarto Milenio para tratar de justificar lo indescrifrable.

No voy a a jugar a hacer un análisis técnico sobre el jugador, por el respeto a los profesionales que se dedican a ello, y porqué tampoco es el ámbito desde que me posiciono como columnista. Sólo el futuro del jugador, tras su carrera en los próximos años, será la sentencia sobre su capacidad como profesional y si tenía categoría para ser fichado por el Barça. Me referiré a lo que me ocupa y preocupará siempre, el buen gobierno de la entidad, dado que las características propias del FCBarcelona, permiten un laxo control a sus gestores de lo pertenece a todos, sin más responsabilidad que el escrutinio público.

El descosido a las arcas del club, a estas alturas, parece irreparable. Visto lo visto, pagar lo que se pagó, conducirá a una pérdida patrimonial de la entidad, llevando directamente a pérdidas el diferencial entre la compra y la venta, a no ser que un equipo de la liga saudí, desconectado de la realidad informativa, saque la chequera y lo enmiende mágicamente. Una cesión suena a postergar el drama. Aquí no habrá ni palancas a lo Barça Studio, ni hamburguesas mágicas poco creíbles.

En medio de todo, el intermediario culé de hace años en el mercado brasileño, André Cury, tan sospechoso de dudosas maniobras en lo económico, como poco garante de que la operación tuviera alguna probabilidad de éxito en lo deportivo. Su historial deja rastro con cracks del nivel de Keirrison, Henrique, Marlon, Matheus Fernandes, Matheus Pereria o Douglas que acumulan desinversiones económicas de distinto calado. Eso si, muy repartidas en el debe de varios mandatos y presidente, pero él, siempre ahí omnipresente en las operaciones como común denomidador. Su intervención es garantía de fracaso deportivo y descalabro financiero.

Deco, sale señalado, fue parte activa de la operación, por tanto, es plenamente responsable, puesto que la promovió, la defendió e impuso su criterio a Xavi, el entrenador en ese momento. Ya aquí, obligó a que se le dieran oportunidades al jugador. El papel del nuevo director deportivo culé, cuando se compara con el que fue primer responsable de la presente etapa Laporta, Mateu Alemany, que en dos temporadas hizo magia con una situación dantesca en lo económico, pueden calificarla ustedes, les dejo que el artículo que quieran. Su posición puede justificarse desde el amiguismo, que nunca es la mejor condición para acceder a un cargo de responsabilidad. Obviamente es alguien de la plena confianza del Presidente, que actua según los designios del mandatario. Los fichajes del verano, Olmo el primero, jugaran a convertirse en una cortina de humo sobre este caso, así como algunas otras carencias. El caso Vitor Roque mejor cerrado que abierto aunque el balance sea tenebroso.