Opinión

Cuando veas las barbas del Jarama pelar…

Imagen del circuito del Jarama

Imagen del circuito del Jarama

Hace ya más de 35 años, durante la construcción del Circuit de Catalunya, a los visitantes a las obras en marcha siempre nos comentaban que “en el paddock de Montmeló -!solo en el paddock! (dato de vital trascendencia para la existencia de la humanidad)- cabía todo el circuito del Jarama. Todo, eh, con sus parkings incluidos”, para detallar la magnitud de la obra emprendida. ¡No fotem!

Lo que no nos contaron luego, no mucho después, era que todo el Circuit, todo, eh, con sus parkings incluidos también, cabía en uno solo de los nueve aparcamientos que rodeaban el circuito de Istambul Park, que nació poco después del nuestro… y que se planteó como una alternativa más moderna y completa al de aquí. Bueno.

La pista turca hoy casi no existe, por la escasa (o nula) actividad deportiva que allí se realiza, pese a la majestuosidad de su trazado y la enormidad de sus instalaciones, rodeadas hoy por un sinfín de chalés de lujo cuyo promotor fue ni más ni menos que Bernie Ecclestone, que recibió tal concesión por parte de las autoridades del lugar por haberles traído la F1 allí.

Leo que un juez ha paralizado la licencia de actividades del circuito del Jarama. Vaya, que lo ha chapado para lo que nació: la realización de competiciones del motor.

La noticia me entristece enormemente. A los que nos gusta esto de las carreras de coches y motos, la pista de San Sebastián de los Reyes siempre nos ha emocionado , independientemente de las rivalidades entre Barcelona y Madrid, y viceversa.

Para toda una generación -o más de una, si quieren- el trazado inventado por el mismo creador de pistas como Suzuka o Zandvoort fue como una especie de excitante Shangri-La para cuando nos daba pereza ir hasta Mónaco, Paul Ricard, Estoril o Monza, ante la poca actividad que se realizaba en Montjuic o los modestos comienzos de Calafat.

En el Jarama, donde hubo tortas como panes durante la Guerra Civil, hemos pasado frío y calor, mucho frio y mucho calor; pero también hemos vivido carreras apasionantes que nos permitieron descubrir a los héroes del pasado en un circuito muy desafiante, y vibrar con sus hazañas no menos bélicas que las que se han dirimido ahora en los tribunales.

Los vecinos que llegaron muchos años después de su construcción a la urbanización promovida por el RACE -el club que impulsó la creación del Jarama- han ganado su pulso a la historia del deporte, y han hecho prevalecer su derecho “al silencio” con la sentencia dictada, siguiendo el método de los que se construyen su torre junto a un aeropuerto y luego dicen que les molestan los aviones, o los que no se inmutan por la incomodidad que suponen las obras de cobertura de las Rondas de Barcelona como solución a su egoísmo especulativo.

Mal precedente el del Jarama. Sobretodo ahora que parecen coger inercia las protestas contra el “ruido” que llega a las poblaciones limítrofes del Circuit de Catalunya cuando en él se realizan las actividades para las que fue pensado, y algún que otro evento de naturaleza distinta como parte del “negoci” del “Nou Circuit” como le llaman algunos recién llegados, con menos arraigo al mundo del deporte incluso que los vecinos protestones del Jarama.

Algo habrá que hacer para calmar el revuelo que se ha montado, y tal vez estaría bien invertir algo -aunque sea la mitad de lo que costó el discutido y polémico Barcelona Road Show- en la creación de pantallas sono-reductoras para no encabronar (más) al vecindario, o pedirles a los del heavy metal que bajen un poco el volumen de sus guitarritas.

Está muy bien llenar el Circuit de edificios e instalaciones cuquis para contentar a los de Liberty Media, esos que han abierto a la puerta a Madrid a la F1 a partir de 2026… si es que llega a hacerse ese GP de cartón piedra que plantean.

Pero hay vida más allá de la F1, y estaría bien ir pensando cosas que permitan que al Circuit no le pase como a la pista de Estambul, y que pueda seguir haciendo la función para la que se construyó: carreras. Incluso las del modesto (pero necesario) Campeonato de Catalunya de Motociclismo de Velocidad, que de momento parecen no tener acogida por parte de quienes mandan (y gobiernan) actualmente en el “nou” Circuit.

SEAT LEON

SEAT LEON / Seat