Toca preparar el futuro desde ya

Johan Cruyff, el que fue mentor de muchos de los que hoy gestionan el FC Barcelona, tenía claro que había que definir la configuración del equipo de la siguiente temporada con mucha antelación. En primavera acostumbraba a tener ya atadas todas las incorporaciones.

Y esto quiere decir también que en Navidades ya había decidido las bajas que iba a dar, cuando solo se había jugado la mitad de la temporada. Xavi Hernández y Jordi Cruyff, quienes aparecieron en el mapa azulgrana en noviembre uno y en septiembre el otro, siguen la estela de Johan Cuyff. A estas alturas de curso ya saben con qué jugadores cuentan de cara a la próxima temporada y a los que les gustaría incorporar. El mercado de invierno ha sido una avanzadilla de lo que va a pasar: Jugadores con perfil Barça, algunos de los cuales serán con pasado culé y otros que puedan encajar en el estilo que acaben contrato o que puedan venir cedidos.

Es lo que ha pasado ahora y lo que va a pasar más adelante. La situación económica no invita al optimismo por lo que los sueños pueden ser unos pero las realidades acaban siendo algo muy diferente. Ambos deben adaptarse a ello aunque hay margen para incorporar a un jugador que ayude a cambiar la dinámica del equipo. Como lo fue en su día Ronaldinho, que inundó de optimismo a la parroquia con su sonrisa, su fútbol y sus goles. 

En el capítulo de fichajes para el año que viene se busca que haya margen para ello, para fichar a un crack mundial que permita darle un nuevo aire al club y, al mismo tiempo, se convierta en la imagen de una entidad que hoy, tras la marcha de Leo Messi, está falta de protagonismo mundial. Y esto tiene sus consecuencias a nivel de ingresos ya sea en camisetas vendidas, sponsors que puedan llegar, mayor asistencia de público en el estadio.... Pagar mucho dinero, y seguramente muchas comisiones a los agentes, puede tener su recompensa al club si estamos hablando de alguien que marque la diferencia. En el campo y fuera de él. El Barça está huérfano de alguien así y no puede seguir siendo de cara al próximo curso porque el mundo del deporte precisa de iconos que marquen la diferencia.