Opinión

Nadal y Zidane levantan la ceremonia inaugural

Nadal y Zidane

Nadal y Zidane / EUROSPORT

París aprovechó el spot más largo y visto del mundo para mostrar la grandeza de la ciudad, sus personalidades y evidenciar que son una potencia mundial. No escatimaron en recursos económicos ni se olvidaron de ninguno de sus símbolos, pero dejaron a los atletas olímpicos en un segundo plano.

La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París apenas concedió entre tres y cinco segundos televisivos por delegación. A todo eso, los abanderados pasaron desapercibidos y fue casi imposible identificar a cada uno de los atletas. Y, por si fuera poco, los realizadores del evento ni tan siquiera mostraron a los Reyes de España presentes en la tribuna presidencial.

Para los atletas, el desfile de las delegaciones era hasta hoy uno de los momentos más especiales y emotivos. Nadie se lo quería perder, aunque tuvieran competición al día siguiente. Dar la vuelta a un estadio olímpico saludando queda en el recuerdo de todos aquellos deportistas que han tenido la suerte de participar en unos Juegos Olímpicos.

La idea de desfilar por el Sena tuvo muchas críticas previas y habrá quien siga pensando que fue una gran ocurrencia, pero seguro que disfrutó más Rafa Nadal desde una ventana de un hotel cercano viendo la delegación española que sus propios colegas subidos en todo tipo de embarcaciones.

Quisieron los organizadores abarcar demasiado en una inauguración tan grandilocuente como dispersa

Quisieron los organizadores abarcar demasiado en una inauguración tan grandilocuente como dispersa. Eso sí, hubo un subidón final desde que Zinedine Zidane le pasó la antorcha a Rafa Nadal y el posterior desfile en lancha por el Sena, un espectacular juego de luces alrededor de la Torre Eiffel y el maravilloso encendido final.

Por cierto, un buen detalle de los organizadores hacia el rey de Roland Garros. Eso sí, los barceloneses tenemos todavía tan presente la inauguración de los Juegos de Barcelona que nada nos parece mejor que aquello. Tienen los franceses una de las mejores ciudades del mundo, pero nuestros creativos siguen siendo mejores.

Tuvieron mala suerte con la lluvia y funcionó a la perfección la seguridad. No era tarea fácil y cualquier incidente hubiera marcado la fiesta más importante del mundo del deporte. En fin, que empiezan unos Juegos donde España tiene el reto de superar las 22 medallas logradas en Barcelona 92. ¡Suerte, atletas!