Opinión

Siempre juegan once contra once

Lamine Yamal durante el partido de la Nations League contra Serbia

Lamine Yamal durante el partido de la Nations League contra Serbia / EFE

La única diferencia relevante entre un jugador formado en la cantera de un club y un fichaje es que el primero genera comisión de traspaso y el segundo no. Este es un hecho que hay que tener en cuenta a la hora de explicar el movimiento de jugadores que se producen durante las ventanas de mercado. En la de verano, se han completado un total de 10.232 transacciones, según los datos publicados por la FIFA. La mayoría sin una razón futbolística que las justifique. Mero comercio.

A principios de siglo, los clubes más ricos ingresaban menos de 200 millones de euros. Hoy se acercan a los 1.000 millones. El incremento se lo han llevado, básicamente, los jugadores, los agentes de futbolistas, las ligas y los organismos federativos, y las televisiones y demás empresas concesionarias. Los clubes, acumulan deuda. Como si los beneficios de una empresa se los llevaran los trabajadores, los sindicatos, la patronal y los proveedores. Es una situación insólita, insostenible en cualquier otro sector, pero que también hay que tener en cuenta para entender por qué se acepta.

A las puertas del parón liguero, a la espera de que el fútbol vuelva con los partidos de las selecciones, los clubes recibirán a los futbolistas que tienen en una especie de régimen de alquiler, a los que deben pagar y cuidar y, en caso de retorno averiado, recuperar a tiempo para el siguiente partido de su selección.

Hay quien sostiene que se trata de una situación intolerable. Quien defiende que los clubes deberían decir basta y negarse a ceder a “sus” jugadores. Otros afirman que, visto que los clubes son incapaces de reaccionar, la solución la tienen los futbolistas. Pero, ¿como se van a plantar si son quiénes se llevan el pedazo más grande del pastel? Mientras jueguen once contra once, siempre habrá uno en el banquillo listo para saltar a cobrar su parte. Solo el público podría, pero con las camisetas a 185 euros, tampoco lo parece.