Opinión

De ilusión también se vive

Laporta y Flick, en la presentación

Laporta y Flick, en la presentación / EFE

El Barça de Hansi Flick ya ha arrancado los ensayos con todavía muchas ausencias. A Hansi no le hemos oído hablar hasta que la televisión del club nos ha ofrecido una entrevista de lo más ‘light’ en la que no dice gran cosa, salvo aquello que el aficionado desea oír. Yo me pregunto: ¿Por qué Flick ha tardado tanto en dar una primera rueda de prensa? ¿Por qué Laporta llevaba tanto tiempo callado cuando hay muchas preguntas en el tintero? 

No se puede negar que Laporta tiene la capacidad de sacarse conejos de la chistera para no perder lo único que no se puede perder si quieres seguir presidiendo un club como el Barça: la ilusión. La probable contratación de Nico Williams, a pesar de que todavía no sabemos si tenemos la posibilidad económica para hacerlo, ilusiona a la afición, sobre todo después de ver la excelente Eurocopa del vasco. Además, se habla de Dani Olmo, que también ilusiona. Ah, y de Mikel Merino. Viendo cómo se ha armado el Real Madrid es indispensable reforzar la plantilla para, a priori, resultar una competencia real en el campeonato de Liga. También existe la ilusión de ver un estadio nuevo a principios de año, esperanza que algunos ya empiezan a cuestionar. La verdad es que el Barça es un club en que, se haga lo que se haga, siempre saldrá una o varias voces a desinflar el suflé.

Tal vez por eso cuesta tanto ilusionar a la afición. Menos mal que las joyas que han ido saliendo de la cantera representan una verdadera ilusión. Ahí no hay ficción alguna: no son conejos ni mucho menos desdeñables, son realidades que apuntan muy alto y ¡menos mal! Valores de un club últimamente falto de cierta autoestima.

La ilusión es lo último que hemos de perder y, a pesar de las enormes lagunas en las que vivimos muchos socios con respecto a tantísimas incógnitas que nos gustaría despejar, queremos seguir viviendo de la esperanza de recuperar un equipo competitivo que nos haga disfrutar y de una recuperación económica que, quién sabe, tal vez un día regrese.