Opinión

La final de la ilusión

Lamine Yamal, MVP del partido

Lamine Yamal, MVP del partido

No pasará a la historia del fútbol esta Eurocopa como ejemplo de espectáculo futbolístico, más bien al contrario, por un nivel discreto y gris por muchos momentos. Al menos la final entre España e Inglaterra, sí ilusiona. Sí recupera buena parte del glamour que fue dejándose el torneo en algunas fases, con partidos insulsos y poca calidad futbolística.

El torneo, es cierto, que ha ido a más conforme se iban acercando los últimos duelos, las rondas finales, pero no lo suficiente como para compensar un torneo en el que sólo la selección española ofreció momentos de calidad en casi todos sus partidos. Hasta hoy ha sido el mejor combinado con diferencia, ha eliminado a tres campeones del mundo como son Francia, Italia y Alemania y a un subcampeón del mundo, Croacia, y considerando que ha ido por la parte más dura del cuadro hacia la final.

Con todo, una final conlleva una enorme dosis de ilusión. Ilusión inglesa por regresar a su grandeza y a los orígenes del balón, por volver a campeonar tantos años después y tras armar un elenco de grandes talentos que aún deben pasar la reválida internacional. Los Saka, Foden, Mainoo o Watkins.

Y la ilusión española, por supuesto, la que genera un nuevo grupo por el que casi ninguno apostábamos y que están conformando una nueva generación de campeones con un futuro muy prometedor. La ilusión de la juventud de Nico y Yamal. Una nueva generación a la que habrá que ir sumando los Gavi o Cubarsí, garantizando un futuro esplendoroso para el fútbol español.

Toca hacer balance de esta Eurocopa que toca a su fin hoy en Berlín destacando que ha habido mucho más de decepcionante que de sorprendente o atractivo. Se han ido a casa con más pena que gloria selecciones como Italia o Croacia, jugadores como Modric o Barella. Potencias descomunales como la Francia del gris Mbappé y con todos los nombres atractivos que resuenan en su alineación en la que el banquillo es más reluciente que casi todos los onces titulares del resto de combinados. O como la orgullosa anfitriona Alemania, tanto tiempo alejada del éxito y que recuperó a Kroos para tratar de regresar al prestigio perdido, pero ni por esas. Apenas Wirtz, un talento enormemente diferencial y algo Musiala ilusionaron a los locales. Portugal con Cristiano, Joao Félix y Bernardo Silva nunca dio sensación de poder competir el título. Su elenco de figuras desaprovechó un torneo huérfano de talento. Lo de Bélgica con Lukaku y De Bruyne fue peor, más de lo mismo. La constatación de una generación muy talentosa totalmente perdida.

La presencia de jugadores como Lewandowski o Sloboszai fue testimonial como la de tantos y tantos otros futbolistas.

Sorpresas agradables las de los holandeses Gakpo y Xavi Simons o la de los jóvenes turcos Yildiz y Arda Güler. La Suiza de Xhaka o (delantero) que mereció mejor suerte y poco más.

Esperemos que la ilusionante final pueda devolvernos parte del brillo perdido durante este mes.