Opinión

El debate económico Carletto-Koeman

Carlo Ancelotti y Ronald Koeman se saludan en el clásico entre Real Madrid y Barça del 24 de octubre de 2021

Carlo Ancelotti y Ronald Koeman se saludan en el clásico entre Real Madrid y Barça del 24 de octubre de 2021 / JAVIER FERRÁNDIZ

“Su club de allí decidió correr riesgos y este es el precio que tenemos que pagar ahora por ello”, criticaba Ronald Koeman, molesto porque el FC Barcelona decidió alinear a Frenkie de Jong en el tramo final de temporada. “La FIFA se olvida de que los clubes y los jugadores no participarán en ese torneo. Un solo partido del Real Madrid vale 20 millones de euros y nos quieren dar ese dinero por toda la competición. Negativo. El Real Madrid, como otros clubes, rechazaremos la invitación”, lanzaba Carlo Ancelotti desde el otro lado de la trinchera. Dos entrenadores que nos han demostrado en la previa de la Uefa Euro 2024 que el gran problema de fondo del fútbol como industria aún no está resuelto.

El técnico de Países Bajos no concibe cómo un club aceleró el regreso del futbolista por el que pagó 75 millones de euros al Ajax y al que abona en torno a 18 millones brutos por temporada. No concibe que no se renunciara al talento del centrocampista para que llegara en óptimas condiciones para sumarse a su selección en la Eurocopa. Y aquí está el primer problema. ¿Qué incentivo tienen los equipos para ceder gratis a los jugadores con el riesgo de lesión que implica y el impacto en su rendimiento que puede tener la siguiente temporada?

Un retorno ínfimo por ceder jugadores

Los alicientes son pocos: entre 3.300 euros y 10.000 euros por día y jugador que esté concentrado con su país, con un máximo potencial que difícilmente superará los 4,5 millones que Manchester City y FC Barcelona percibieron con este mismo mecanismo en el Mundial de Qatar 2022. Esa cifra no cubre ni la cuarta parte del coste bruto de un futbolista de élite, y es que los clubes apenas se van a quedar el 10% de todo el negocio de la UEFA Euro: 240 millones sobre un total de 2.409,3 millones de euros. Y eso que aportan a los actores principales.

Y esto entronca con la crítica del técnico del Real Madrid a la FIFA y su afán de crear nuevos formatos de competición que le den aún más influencia y poder. Aunque después tuvo que corregir, el técnico vino a decir que no es de recibo cobrar bastante menos de lo que pueden generar los eventos adonde los invitan. Y el sindicato de futbolistas ya ha denunciado el nuevo calendario y el Mundial de Clubes por la sobrecarga de partidos. 

La pregunta, pertinente en estas fechas, es: ¿quién sobra? ¿partidos ligueros o los de selecciones? ¿es un problema de calendario o de cómo se reparte el dinero? Y en esta última pregunta reside la verdadera problemática, lo que precipitó el plan de la Superliga y todas las ideas que van saliendo. Quién tiene derecho o poder para capitalizar el gran negocio que es el fútbol.