Opinión

Un cuento perfecto

Alexia y Aitana celebran el segundo gol del Barça en la final de la Champions

Alexia y Aitana celebran el segundo gol del Barça en la final de la Champions / REUTERS

Lo primero que vi, desde mi posición de la tribuna de prensa, cuando Alexia marcó el gol de la tranquilidad en Bilbao para dejar sentenciada la final de la Champions, cuando se quitó la camiseta y empezó a correr hacia el córner, fue el tatuaje de su padre en su espalda. Una foto de ambos -de cuando ella era un bebé, con un balón del Barça-, marcada con tinta para siempre en su piel. Y pensé, entonces, que todo tenía sentido. Que el fútbol es terriblemente injusto muchas veces, pero qué bonito es cuando sale todo redondo.

La final de San Mamés cerró un cuento perfecto para el Barça, para Paños, para Mariona, para Giráldez -nada mejor que irse después de haber ganado un póker histórico-, para Aitana, que recibió otro ‘MVP’ y ya encarga su segundo Balón de Oro... Y para Alexia. Tenía que ser ella. 

Tras la final perdida en Budapest, en 2019, fue la de Mollet quien, con el resto de capitanas, pidió al club una serie de mejoras -infraestructuras, cuerpo técnico, entrenamientos- para poder crecer hasta competir contra los más grandes. Y después de la derrota en la final de Turín, hace dos años, la capitana dijo -en unas imágenes que recoge su docuserie-, que estaba “entre jugar mañana la Copa de la Reina o no volver a jugar más al fútbol”.

Porque dolió mucho, esa derrota. Porque ese año el Barça jugó a un fútbol exquisito -con el partido de las semifinales contra el Wolfsburgo en el Camp Nou, ante 91.648 espectadores en las gradas, como máxima representación- y porque fue el año de los récords. Parecía que todo estaba escrito, que tanto el póker como la primera victoria ante el Lyon tenían que llegar ese año. Hasta que las francesas acabaron con ello en media hora, también porque todo lo que pudo salir mal, salió mal.

La celebración de Alexia en la final de la Champions de Bilbao

La celebración de Alexia en la final de la Champions de Bilbao / Instagram / Alexia Putellas

Esa fue la parte del cuento, el desarrollo, en la que la trama se complicó. El Barça estaba siendo el mejor equipo de los últimos años, pero siempre se le decía que no lo sería hasta que ganase al Lyon. Y finalmente llegó. El gol de Alexia en Bilbao fue la culminación, el punto final, de ese cuento perfecto. Al menos, del primero. Con ese tanto, que anotó con la zurda y con el corazón, se cerró una historia, con todas sus partes, con final feliz. Por rival, por significado, por contexto, porque marcaron las dos Balón de Oro. Fue la gran obra maestra de este equipo que ha marcado un antes y un después en el fútbol.

Bilbao fue azulgrana, con más de 40.000 culés en San Mamés, que se hicieron escuchar ya desde el día antes. Y la celebración del gol de Alexia saldrá en todos los libros. Por cómo, con su gesto, recordó a Brandi Chastain. Por cómo Aitana corrió hacia la capitana y esta le abrió los brazos. Por cómo se quedó puesto el brazalete. Por cómo Lucy Bronze, una leyenda de este deporte, mostró a la grada la camiseta de la ‘11’ a lo Messi en el Bernabéu, rendida a los pies de su compañera. Por cómo Alexia, la 'Reina', se inclinó ante su gente, con una reverencia. "Una di voi", como en el Camp Nou. Su padre, que falleció en 2012, justo antes de que Alexia fichase por el Barça, estará muy orgulloso