¿Y... dónde están los ultras?

Un hincha español con su bandera rodeado de aficionados rusos

Un hincha español con su bandera rodeado de aficionados rusos / EFE

David Rubio

David Rubio

Después de los dos últimos excitantes duelos de octavos que se saldaron con la clasificación de Suecia e InglaterraRusia vive dos días de tensa calma a la espera de los cuatro duelos de cuartos de final que comienzan este viernes.

Durante los meses previos a la disputa del Mundial, todos los medios occidentales se hicieron eco del anunciado gran riesgo que entrañaba disputar un Mundial en Moscú por el tema de los ultras.

Se sucedieron las noticias y las informaciones. Y la situación alcanzó su punto culminante tras los durísimos enfrentamientos en Bilbao entre los radicales del Athletic (extrema izquierda) y del Spartak (extrema derecha).

Aquello fue una batalla campal con vomitivos tintes políticos mientras la mayoría de la afición de la 'Carne' seguía el partido en el estadio e incluso departía con la práctica totalidad de la hinchada rojiblanca.

ni un solo incidente

Sin embargo, la realidad es que este viernes se cumplirán las tres primeras semanas del Mundial (las más intensas) y a día de hoy no se ha registrado ni un solo incidente relativo al 'hooliganismo' en ninguna de las sedes mundialistas.

Esto no pretende ser un ‘efecto llamada’ como el que se produjo cuando el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero prometió “papeles para todos”, sino la simple constatación de una situación que han confirmado a SPORT fuentes policiales en dos ocasiones.

Y eso que el partido entre Rusia y España acudieron más de siete decenas de miles de aficionados rusos, quienes animaron a su selección mezclados con los escasamente 2.000 españoles que asistieron al Luzhniki.

Este martes, Inglaterra superó en los penaltis a Colombia y accedió a octavos en un Otkritie Arena en el que la presencia de aficionados 'cafeteros' multiplicaba al menos por ocho a la hinchada de los 'pros'. Ni un solo incidente. Solo fotos, música, cánticos y fiesta.

aficiones mezcladas

En todos los estadios se han dado cita miles de aficionados de los equipos rivales y, a excepción de los arcos de seguridad a la entrada de los recintos, no ha habido ni un solo control para separar a las aficiones.

Y lo firma alguien que lleva tres semanas trabajando en el Mundial en diferentes estadios, uniendo a aficionados para realizar vídeos, viendo el espectáculo de la noche en la Fan Zone situada junto a la Plaza Roja y viviendo el día a día a pie de calle. Es decir, que no son banalidades vertidas desde una poltrona.

Es más, lo que se repite en cada estadio es los grupos de hinchas mezclados en los puntos de avituallamiento mientras se intercambian las banderas e inmortalizan sus recuerdos de la gran fiesta del fútbol y, lo que es más importante, de las personas.

Desde que se concedió a Rusia la organización del Mundial, el Gobierno que preside Vladimir Putin ha realizado ímprobos esfuerzos para que esta supuesta amenaza latente quedase en agua de borrajas.

manipulación de la realidad

Para acabar, un detalle para entender la magnitud de la publicidad negativa que en ocasiones se hace a lo desconocido o cuando priman otros intereses diferentes a la realidad. 

Hace varios meses, uno de los portavoces de los ultras de Rusia aseguró en plena polémica que los aficionados que viniesen a Rusia serían recibidos "con pan y sal".

Varios medios vinieron a titular que los radicales rusos ya habían amenazado a  los grupos más duros de las demás selecciones sin ni siquiera preocuparse en mirar lo que significa esta expresión en la Federación Rusa y en algunos otros territorios de la extinta Unión Soviética.

En la Rusia antigua, el precio de la sal se elevó hasta tal punto que los rusos la guardaban para ofrecerla junto al valioso pan cuando recibían visitas de amigos o de familiares.

Por tanto, recibir a alguien "con pan y con sal" significa absolutamente lo contrario de lo que algunos medios llegaron a publicar. Lamentable, ¿verdad?

Pues nada, toquemos madera para que los violentos sigan lejos de los estadios y permitan a los aficionados y a las personas normales disfrutar de uno de los mejores y más sorprendentes (en cuanto a resultados) Mundiales de la historia.