Opinión: Sainz y las dos caras de la moneda

Solo Al-Attiyah, que no es ningún bluff, experimenta un Dakar plácido… hasta el momento

Carlos Sainz y Lucas Cruz han celebrado la histórica victoria de Audi

Carlos Sainz y Lucas Cruz han celebrado la histórica victoria de Audi / Audi Sport

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El Dakar es una carrera larga, muy larga, en la que el decorado cambia tan rápido que se hace de día y de noche a una velocidad de vértigo. Carlos Sainz y Lucas Cruz han podido experimentarlo otra vez en pocas horas. Después de que perdieran más de dos horas en la primera etapa y toda opción a ganar, en la tercera han sido capaces de darle a Audi su primera victoria en el desierto saudí y certificar que el novedoso y complejo proyecto tiene excelentes perspectivas.

La primera lectura que podemos hacer tras las tres primeras jornadas es que Al-Attiyah ha encaminado muy bien su cuarta victoria en una prueba que en sus últimas ediciones se ha jugado al minuto y que tras los primeros mil kilómetros cronometrados ya domina con más de media hora de ventaja sobre Loeb. Aún puede pasar de todo, pero el catarí no es un bluff, insisto, ya que de las últimas doce ediciones ha ganado tres, ha sido segundo en cinco y ha terminado tercero en otra. Las tres veces que no ha acabado en el podio ha sido porque ha abandonado. Su secreto, además del conocimiento del medio, es que se pasa todo el año compitiendo.

LA RECOMPENSA

Carlos Sainz y Audi encontraron una justa recompensa en el bucle de Al Qaisumah, una victoria que les permite congraciarse con la prueba y fijarse objetivos ambiciosos. A día de hoy, puesto que como está visto todo cambia muy rápido, solo la primera posición parece clara. Detrás, la batalla está absolutamente abierta y estoy convencido de que nos vamos a divertir mucho.

Y no me refiero solo a la carrera de coches sino también a la de motos, puesto que hay un mínimo de quince pilotos que hoy pueden aspirar a ganar la carrera. El panorama cambia cada día y la clasificación cada vez está más apretada. A partir de ahora serán los detalles los que van a marcar las diferencias y cualquier error puede costar muy caro en un momento en el que el objetivo es colocarse bien y después saber jugar las cartas en cuanto a estrategia.