La redención de Gazzaniga después de su noche más negra

El guardameta del Girona demuestra, una vez más, su personalidad con actuaciones de mérito

Gazzaniga: "Estoy muy contento de renovar con el Girona"

Jordi Bofill

Paulo Gazzaniga tendrá muchos defectos (o no), pero ninguno será la falta de personalidad. Tras una noche desastrosa en el Cívitas Metropolitano, señalado como culpable en la primera, y única hasta el momento, derrota del Girona en la Liga, el argentino resurgió con dos grandes actuaciones, para resolver las jornadas tres y cuatro con un par de porterías a cero. Especialmente destacable la conseguida en el Sánchez-Pizjuán, con intervenciones de gran mérito. Si alguien pensaba que se hundiría o que se arrugaría ante el fichaje de Pau López, que vaya buscando otros argumentos.

La llamada de Míchel

La vida de Gazzaniga en el Girona no ha cambiado, pese a la llegada de un nombre propio que le haga una competencia más real que la que había hasta ahora con Juan Carlos o, en su día, Fuidias. Hijo y hermano de portero, el de Murphy es el dueño y señor de los tres palos, el espacio que ha consolidado para realizar trayectoria en Montilivi. Llegado el verano del regreso a Primera, el del 2022, propuesto por el técnico Míchel Sánchez, con el que había coincidido en el Rayo Vallecano, tardó once jornadas en adentrarse en una titularidad que ni ha abandonado, ni tiene previsto hacerlo. Fueron los errores de Juan Carlos y el runrún que se había generado a su alrededor, los que provocaron el cambio de rumbo en la portería. Dos años más tarde, y una clasificación en la Champions incluida, fueron sus propios desaciertos y la notoriedad del recién llegado López quienes abrieron un debate externo (porque interno no ha habido). Pero la respuesta ha sido inmejorable.

Con una media de un gol encajado por partido, uno en el estreno en el Benito Villamarín y los otros tres en la fatídica continuación contra el Atlético de Madrid, Gazzaniga ha cortado de pura cepa posibles dudas en la serie de dos victorias consecutivas de los gerundenses, que han pasado de puestos de descenso a la quinta posición actual en un cerrar y abrir de ojos. Es cierto que con Osasuna no tuvo ninguna intervención decisiva, porque la superioridad local fue abundante; pero en Sevilla sí se vio forzado a trabajar, sacando manos y pies a ocasiones de Ejuke y Lukebakio que habrían significado, de marcar, un escrito de guión diferente para el desenlace final.

Fue el curso pasado cuando el argentino ganó en credibilidad, notoriedad y prestigio, después de una primera toma de contacto en la que necesitó tiempo para aprender el lenguaje futbolístico de Míchel y soltarse más de lo que en principio atraía para jugar con los pies. Gazzaniga, con contrato ampliado hasta el 2027, tal y como entiende el juego el entrenador madrileño, es un portero activo. Ha mejorado en cuanto al criterio en la toma de decisiones, y ahora asegura una confianza que, como es lógico, debía merecer. Además, el primer mandamiento de un portero, que es el de detener balones, siempre lo ha cumplido. Y en el fondo, de eso se trata.

Récord en Primera División

El 13 rojiblanco dejó su portería a cero en doce de las treinta y ocho jornadas de la Primera División, que asumió al completo, logrando un registro récord para el Girona en la élite. En la primera temporada, en veintiocho partidos, sólo lo logró cuatro veces. Ahora ya lleva dos. Esto hace un total de dieciocho porterías a cero, que supera la marca establecida por Yassine Bounou entre los años 2017 y 2019. El marroquí lo logró diecisiete veces.

El salto cualitativo a escala colectiva en cuanto a la defensa es también una evidencia, lo que, claro está, beneficia a que las estadísticas sean mejores. En el ranking actual aparece en el séptimo puesto de porteros con más paros del campeonato, con once, con una media de 2,75% por duelo. Lo mejor es Jasper Cillessen (Las Palmas), con diecisiete. El año pasado fue el tercero en porcentaje de paros por partido, con 3,3%.

En definitiva, la respuesta de Gazzaniga no ha podido ser mejor ante el primer terremoto serio de dudas en torno a su figura. Y es que el Girona sabe sobradamente que su portería está en buenas manos.