Se apaga la magia de Borja García en el Girona

El mediapunta madrileño cierra su etapa al club rojiblanco, una década después de llegar por primera vez a Montilivi

Acaba contrato hoy y es el único que no ha renovado

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Borja García, en un partido con el Girona

Borja García, en un encuentro contra el Almería / EFE

Tatiana Pérez

Las despedidas nunca son fáciles, ni agradables. Pero todavía lo son menos cuando aparecen factores externos que lo complican aún más. Borja García vive hoy su último día como jugador del Girona desde la resignación de saber que esta vez el adiós será definitivo -a diferencia de cuando se fue al Huesca en el curso 2020-21- y no porque él o el club quieran acabar con su relación, sino porque su cuerpo ha dicho basta.

Al menos, en la élite. Los problemas físicos han sido el gran quebradero de cabeza en una temporada personalmente cruel en la que cada vez que veía cerca el regreso recaía de nuevo. Todo, mientras en el césped el equipo protagonizaba la mejor temporada de la historia con un memorable tercer puesto en la Liga y la clasificación en la Champions.

Borja ha tenido que celebrarlo desde una distancia relativa, casi como si fuera un aficionado más. El mediapunta madrileño, de 33 años, termina contrato este domingo 30 de junio de 2024 y es el único futbolista de la plantilla que no ha renovado. Con su marcha, se apaga la magia en Montilivi. Ha brillado durante casi una década.

Borja García sigue recuperándose de su lesión

Borja García, durante una entrevista con el club / Girona

La siguiente campaña fue determinante para conseguir el primer ascenso del Girona a Primera División con 7 goles en 39 partidos disputados. Mientras que en la primera etapa en la máxima categoría del fútbol español también tuvo protagonismo siendo uno de los jugadores con mayor regularidad.

Pero en el 2019 le tocó revivir la cara más amarga del fútbol con el descenso a Segunda División. Borja se quedó, pero su talento hizo que el verano del 2020 se despidiera del Girona para jugar con el Huesca en Primera, donde, casualidades de la vida, coincidiría con Míchel.

Un regreso esperado

Se suele decir que como en casa en ninguna parte, y así lo sentía el de Villaverde. Menos de un año después de irse, Borja regresó a Girona para reescribir uno de los capítulos más importantes de la historia del club.

Teniendo la confianza total de Míchel, con quien había coincidido no solo en el Huesca sino en el pasado en el Rayo Vallecano cuando Borja era un chiquillo que se asomaba al primer equipo y Míchel aún jugaba siendo uno de los referentes de aquel conjunto, el mediapunta siguió siendo esencial para aportar aspectos diferentes en ataque.

Es por eso que en la vuelta de la semifinal del play-off contra el Eibar en Ipurúa, cuando la gran mayoría tenía asumida la derrota pensando en los fantasmas del pasado, Borja se sacó del sombrero un golazo a los 48 segundos de juego por dar paso a la remontada (0-2) y acabar ganando la final en Tenerife (1-3).

Aquel día en Eibar, sin embargo, Borja tuvo que sacrificarse para acercar al Girona al ascenso. Jugó con una ruptura muscular, forzando tanto que se lesionó de gravedad la rodilla. Desde entonces, nada ha sido lo mismo para él. Tras meses de recuperación, Borja reapareció a media temporada 2022-23 y amplió su contrato con el club por un año más pese a que las sensaciones no eran buenas.

Problemas físicos

Los problemas físicos, en particular una ruptura de la fascia plantar del pie izquierdo, le ha hecho ir de cabeza durante todo el curso por el «dolor» que sentía cada vez que pisaba con el pie en el suelo. A medida que se acercaba el final de la Liga, estuvo a punto de volver con la mala suerte de que, cuando ya contaba con reaparecer contra el Cádiz para despedirse como era necesario de Montilivi, se produjo una lesión en el cuádriceps derecho y, por tanto, debía sumar seis semanas más de baja sin poder participar en todo el curso.

Borja García deja al Girona convertido en un mago, un '10' diferente, después de ocho temporadas de rojiblanco en las que ha disputado 233 partidos. El mediapunta madrileño es, junto a Àlex Granell, el tercer jugador con más partidos en el fútbol profesional por detrás de Juanpe (246) y Stuani (248).