El año más complicado de Borja García, un 10 diferente

El mediapunta madrileño no ha podido jugar por las lesiones y acaba contrato el 30 de junio

Vía libre para Aleix Garcia

Borja García, en un encuentro contra el Almería

Borja García, en un encuentro contra el Almería / EFE

Jordi Bofill

Para un futbolista acostumbrado a jugarlo prácticamente todo, no a tan solo sentirse importante sino a serlo de verdad, asimilar que ha pasado en blanco el mejor año de la vida de un club por el cual se ha entregado para que viva el momento que actualmente vive, es duro.

Borja García, el decimosexto futbolista con más partidos de la historia del Girona, 233 repartidos a lo largo de siete temporadas (esta es la octava) en que ha tenido que todo, este curso no ha participado ningún minuto a causa de las lesiones. Ni una sola vez ha podido jugar. Ni uno. Solo ha entrado en diez convocatorias de Liga y una de Copa.

DURAMENTE CASTIGADO POR LAS LESIONES

Un dato amargo para un mediapunta lleno de talento que ha levantado a la afición de Montilivi de sus asientos infinitas veces desde que se conocieron, en 2015. Es uno de los tres nombres, junto con el portero Juan Carlos y el central Juanpe, que acaba contrato el 30 de junio. Los tres son leyendas de una entidad que si el próximo año jugará la Champions League es gracias a personas como ellos.

Poniéndose la mano en el corazón, correspondiendo la ovación de toda la gente que había congregada en la Copa en la apoteósica fiesta final rojiblanca, Garcia reconoció que "no he tenido la suerte de poder disfrutar de mis compañeros sobre del terreno de juego, solo con cuentagotas durante los entrenamientos, pero también les quiero dar las gracias porque me han hecho sentir como un más de la plantilla".

Se le veía emocionado, al '10' del Girona, que se tiene que remontar al 16 de abril del 2023, en la victoria contra el Elche en el estadio, para recordar su último baile en el campo. Fue titular, aquel día, pero no duró ni un cuarto temprano. El día que igualaba Àlex Granell como el futbolista con más partidos de la historia del club en categorías profesionales, entró en un pozo de lesiones del cual todavía no ha salido. Un final, si es que lo es, que ni mucho menos merece.

LEYENDA DEL CLUB

Porque el jugador castellano ha sido un 10 diferente, sucesor inevitable de Jandro Castro dentro de la categoría de magos que han dejado su huella en el Girona. De hecho, el pasado día 5 se cumplieron un par de años de la noche de Ipurúa, aquella en que los rojiblancos cambiaron la eliminatoria contra el Eibar y se plantaron en Tenerife en una fecha cardíaca. El gol de Borja, una volea descomunal desde la frontal del área antes de llegar al primer minuto de partido, abrió el camino del paraíso. Emociona, pensar en ello.

Un hito más para un genio tocado por una varita, que se plantó en Montilivi después del trauma colectivo que se sintió contra el Lugo, y se vio obligado a aprender a defender porque Machín lo convirtiera en imprescindible. Perdió contra Osasuna, pero fue uno de los héroes del primer ascenso a Primera, en 2017, y uno de los dos, el otro es Juanpe, que los ha vivido todos en primera persona.

Dos años a la élite y un descenso, más el batacazo contra el Elche que lo hizo abandonar e irse al Huesca a tener una aventura, con Míchel al banquillo, que lo recuperó el curso siguiente con su aterrizaje en Cataluña y habla maravillas. "Es un futbolista especial y único. Lo quiero mucho y estoy convencido que le volveremos a ver jugar", afirma el técnico.

Cuando faltan veinte días para convertirse en agente libre, su caso se lleva con absoluto secretismo, sinónimo de respeto. Sea cual sea, García se ha ganado el derecho a anunciarlo cuando y como quiera. Lo que ha hecho en Montilivi no se borrará nunca.

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