Entrevista SPORT

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Giráldez: "El Barça siempre será mi casa"

El hasta ahora técnico del FC Barcelona, que ha marcado una época en el club azulgrana, atiende a SPORT en Galicia, su tierra, antes de poner rumbo a Estados Unidos

"Lo que falta en España es un proyecto de futuro"

Jonatan Giráldez, sobre el Barça que deja: "Por el nivel que hay, va a quedar un equipo súper competitivo"

Jonatan Giráldez habló sobre el Barça femenino de la próxima temporada / María Tikas

Maria Tikas

Maria Tikas

Jonatan Giráldez (Vigo, 1991) vuelve a Galicia para despedirse de su tierra tras doce años en Barcelona y antes de poner rumbo a Estados Unidos, donde afrontará una nueva etapa profesional y personal al frente del Washington Spirit de la NWSL. 

Antes de cruzar el charco, el técnico vigués, que ha marcado una época en el Barça con la consecución de un póquer histórico -y un total de diez títulos en tres temporadas, entre ellos dos Champions-, atiende a SPORT en el Campo Penedo da Moo de su pueblo natal, Matamá, donde empezó todo.

Desde que anunció que no seguiría en el banquillo azulgrana la próxima temporada, Giráldez había intentado pensar en el día a día y rehuir los sentimientos de nostalgia que le provocaban su marcha. Pero llegó el momento de irse. 

Pues ya estaría…

Ahora sí que sí. El domingo fue un día triste. Ya no habrá más partidos en el banquillo del Barça. Por muy fuerte que sea a nivel emocional y no quiera que me invadan estos sentimientos, evidentemente están presentes. Me costó mucho hacer el vídeo de despedida, fue muy emotivo. Siento nostalgia, pero también mucha felicidad por como han ido las últimas temporadas, especialmente esta última. Creo que ha sido un cierre de ciclo perfecto. Si no hubiésemos ganado algún título, quizás te quedas con esa espinilla y las ganas de volver a intentarlo. Pero que la temporada haya ido tan bien hace que tenga una satisfacción plena.

¿Qué es lo más difícil de ser entrenador del Barça?

Mantener la exigencia siempre. La futbolista tiene periodos competitivos de más o menos rendimiento, pero nunca puede verse mermado el global del equipo, por eso siempre he buscado tener más recursos en lo táctico, con cambios de posiciones y de roles. Y luego, la gestión mediática. Creo que lo he llevado bien, pero es verdad que esta última temporada ha sido algo más delicada. Cuando comuniqué que me iba, salieron muchas cosas sobre mí que me molestaron bastante porque no eran verdad. Y me dolió, porque creía en la buena voluntad de las personas. Pero me ha servido para aprender a gestionar cosas que no dependen de mí. Y el hecho de haber ganado los cuatro títulos creo que refuerza aún más la manera en cómo hice las cosas para que no afectase al rendimiento del equipo. 

Siempre destacas el trabajo colectivo y a tu cuerpo técnico.

Es que yo solo no gano partidos. Sería muy injusto por mi parte idolatrarme a mí mismo y apropiarme del éxito cuando es completamente colectivo. Es de todas las jugadoras, las que juegan y las que no juegan. Porque estas también entrenan y preparan a las que juegan. Y esa competitividad y nivel de forma solo lo consigues si puedes entrenar al cien por cien, si todas van al límite y si se sienten partícipes de todo el proceso, porque somos un equipo. Y es también de todo el ‘staff’. Hay mucho trabajo invisible para que las jugadoras solo tengan que pensar en el entrenamiento y en el partido. Hay un trabajo de logística, de ayudar a buscar casa a las jugadoras, de que puedan aprender el idioma, de que no les falte la ropa por las maánas, de que cuando lleguen a la Ciudad Deportiva tengan sus GPS listos, que tengan sus rutinas de entrenamientos individuales... Por eso siempre que tengo la oportunidad lo pongo en valor, entendiendo, eso sí, que el trabajo del entrenador es el más visible, tiene más repercusión y es el que toma las decisiones.

Jonatan Giráldez posa para SPORT en el Campo Penedo da Moo de Matamá (Vigo)

Jonatan Giráldez posa para SPORT en el Campo Penedo da Moo de Matamá (Vigo) / Marta G. Brea / Faro de Vigo - SPORT

¿Cómo se gestiona un vestuario lleno de estrellas?

Desde la sinceridad, la coherencia y lo deportivo. ¿Por qué jugaron Ona [Batlle] y Frido [Rolfö] las semifinales de la Champions? ¿Por qué jugó Mariona en la final? Si las decisiones que tomas no son basadas en lo deportivo, tu criterio como entrenador se cuestiona con razón. Siempre he intentado hacerlo así para decidir alineaciones y cambios, independientemente de los nombres en la camiseta. Y luego, la comunicación. Es importante explicar a las jugadoras cuál es su situación, cuál es tu criterio y ayudarlas a que se sientan parte del equipo y que puedan mejorar su versión.

Como Alexia esta temporada.

Al inicio de temporada invertí un tiempo de competición con Alexia en la posición de nueve, porque sabía lo que nos podía dar acercándola al área. Pero durante la lesión, Mariona nos dio muy buen rendimiento como falsa nueve y creo que ha sido su mejor temporada. Y cuando Alexia volvió, era difícil que tuviese cabida en el once más titular, porque Patri, Keira [Walsh] y Aitana llegaron a final de temporada con un nivel de forma espectacular. Entonces hice lo que he dicho, hablar con ella sobre la situación. Y estoy muy contento, porque ha sido un año muy complicado para ella, con la lesión, porque no ha podido ser titular en los partidos importantes. Y siendo dos veces Balón de Oro no es sencillo de gestionar. Pero en la final entró muy bien y marcó el gol de la victoria. Y que fuese la protagonista, junto a Aitana, es algo que me hizo especial ilusión.

¿Cómo te afectó, como entrenador de un grupo en el que había de todo, la crisis en la selección española?

Fue, sin duda, otra de las cosas más difíciles de gestionar. Fue un Mundial convulso por todo lo que pasó después y las actuaciones y declaraciones lamentables del presidente de la Federación. Pero también porque en el Barça teníamos jugadoras que habían ido con la selección, otras que se habían quedado, otras que habían tomado la decisión de ser convocables y no fueron convocadas… La pretemporada fue dura. Cuando juntamos todas las piezas, tuvimos que hacer un trabajo de concienciación y pedagogía importante, siempre desde la sinceridad, la honestidad y el sentimiento, que es como me gusta afrontar las cosas. 

Pero salió bien.

Cuando hay fricciones, siempre hay discrepancias. Pero la evolución hasta el final de temporada fue excelente, conseguimos entre todos que el vestuario acabase siendo una piña. Lo que yo he vivido como entrenador en el último mes de competición, en el partido de vuelta de las semifinales contra el Chelsea o en la final, ha sido maravilloso. Porque no solo jugamos bien al fútbol, sino que lo hicimos como un equipo, como una familia. 

"La gestión del vestuario después del Mundial fue muy difícil. Cuando juntamos todas las piezas, tuvimos que hacer un trabajo de concienciación y pedagogía importante. La evolución fue muy buena y logramos acabar siendo una piña"

Jonatan Giráldez

¿Cambiarías algo de estos años?

Me he equivocado muchas veces. ¿Quién no? Pero realmente no cambiaría nada, porque para aprender tienes que equivocarte. Suena a tópico, pero es así. El partido que hacemos en Stamford Bridge no lo hubiésemos hecho sin el partido de ida en Montjuïc. He tomado muchísimas decisiones, muchas acertadas y otras no. Pero si cambio algo de eso y todo hubiese sido perfecto, mi capacidad para mejorar no hubiese existido. 

¿Cuál ha sido tu momento más feliz en el Barça?

Las finales de Eindhoven y de Bilbao. La del año pasado, porque fue mi primera Champions como entrenador; porque poder remontar un 0-2 al descanso es la hostia; y porque había sido padre ocho días antes y tenía un sentimiento súper potente dentro de mí. Los dos momentos de alegría más importantes los tuve con ocho días de diferencia. Y la de este año, por el desplazamiento masivo, el más grande de la historia del club, con 50.000 aficionados culés. Porque nunca habíamos ganado al Lyon. Por cómo se dio la final. Porque estaban todas disponibles. Porque hicimos un partidazo. Y porque pudimos acabar de la mejor manera la mejor temporada de la historia del club. 

Echando la vista atrás, tu llegada como primer entrenador no fue fácil, por cómo fue la salida de Lluís Cortés.

Fue muy difícil, pero creo que hicimos un gran trabajo. Me acuerdo perfectamente de mi primer día con las jugadoras. Nunca lo he contado. Había impreso titulares y opiniones sobre las jugadoras que no hablaban bien de ellas. Comentarios de todo tipo. Que todo era culpa de ellas, que tenían demasiado poder. Todo mentiras. Y sabía que eso les iba a tocar. Les pregunté cómo les hacía sentir y qué podíamos hacer. Rompimos aquellas hojas y la conclusión fue que íbamos a entrenar más fuerte que nunca, demostrar que queríamos más, que el que toma las decisiones es el entrenador y que lo que decía esa gente no era verdad. Creo que fue un punto de partida muy importante que me permitió conectar desde el inicio con ellas y para que todo el mundo tuviese claro que lo que teníamos que hacer era entrenar como bestias.

¿Has sentido que con el mínimo fallo se te comparaba con Lluís?

Nunca he estado muy pendiente de lo que dicen sobre mí, porque creo que tanto el halago como la crítica te distorsiona y te debilita. Tienes que saber gestionarlo y tenía gente de comunicación que me ayudaba y me ponía al día. Hay de todo: gente que te compara, gente que opina… Pero hay algo muy básico, que es que para poder opinar, tienes que tener información. Si lo hace gente que no tiene esa información, me entra por un oído y me sale por el otro. Yo también quiero ganar. Y a veces se cuestionan las cosas desde el desconocimiento. La gente no sabe si una jugadora ha llegado tarde un día, si una no está en forma, si una ha tenido problemas, si hay otra que está mejor… Yo sí tengo esta información. Y tú, como espectador, puedes decir si te gusta o no lo que ves, pero no el porqué de las cosas.

Jonatan Giráldez atendió a SPORT en Galicia antes de marcharse a Estados Unidos

Jonatan Giráldez atendió a SPORT en Galicia antes de marcharse a Estados Unidos / Marta G. Brea / Faro de Vigo - SPORT

¿Cuál es el ‘sello Giráldez’ en este equipo?

Cuando cambias, quieres hacer muchas cosas a tu manera. Te diría tres. El análisis en profundidad de cada partido, para detectar lo que hemos hecho bien y las áreas de mejora. La competitividad y la gestión emocional en los entrenamientos para reproducir las situaciones de juego. Y el liderazgo desde el orden, la norma y la convivencia. Las líneas rojas son sagradas, y da igual cómo te llames, que no puedes pasar de esa barandilla. Mantener ese criterio siempre es difícil, porque a veces hay que tomar decisiones con jugadoras importantes, pero es lo mejor para el equipo. Siempre he tratado de tener un trato igualitario con todas y ser consecuente con lo que hacía.

¿Te sientes orgulloso de la explosión de jugadoras jóvenes como Vicky, Martina y compañía?

Sin duda. La gente joven tiene una ilusión diferente. El otro día Martina me mandó un mensaje muy bonito diciéndome todo lo que la había ayudado y son cosas que te hacen sentir muy orgulloso. Yo siempre he intentado ser justo con mis decisiones, y si ha jugado es porque ha merecido jugar. Después hay jugadoras que han tenido menos oportunidades, pero que han formado parte de todo esto y han estado en dinámica de primer equipo, y eso como formación es espectacular, porque la competitividad que hay en el día a día es muy grande. Éramos veintiséis jugadoras y eso hace que el puesto para jugar en el Barça esté caro. No sé si han sido muchas o pocas, pero me pone muy contento haber formado parte del futuro de jugadoras que van a ser muy importantes en los próximos años. 

¿Alguna en especial que veas que tiene un gran futuro?

Muchas. Vicky. La conozco de cuando ella era alevín y la veía jugar con la selección madrileña. Me pareció un escándalo. Era la mejor jugadora que había visto en mi vida, y era tan pequeña… Lo que veo en el día a día es espectacular y si sigue por ese camino está llamada a ser una de las mejores. Y Salma. Estas dos temporadas han sido de adaptación física. Mucha gente no lo sabe, pero hemos estado haciendo un plan individualizado de puesta a punto, porque venía de una lesión de larga duración y de otra disciplina, y el salto al Barça es bestial. Por eso la dosificamos, tiene un plan de trabajo diferente al resto de compañeras en el gimnasio… y aún así la cantidad de goles que ha marcado este año es una barbaridad. Lo lleva en la sangre. Y a la que sea capaz desde el punto de vista condicional de competir en igualdad de condiciones que las demás, está llamada a ser sin duda una de las mejores jugadoras del mundo.

"Cuando veía jugar a Vicky López con doce años, me parecía un escándalo. Era la mejor jugadora que había visto en mi vida, y era tan pequeña… Lo que veo en el día a día es espectacular y si sigue por ese camino está llamada a ser una de las mejores"

Jonatan Giráldez

Siempre has tratado de mantener la calma, sin mostrar preocupación ni exceso de euforia. Pero también te hemos visto desatado en rúas y celebraciones. 

[Risas] Me gusta mucho cuando puedo dirigirme a la gente. Me encanta ese momento. En el partido me gusta mantener la serenidad y la compostura, porque lo que ven las jugadoras es súper importante y nada las puede sacar del partido. Ni un gol a favor, ni un gol en contra, ni un estadio con 91.000 personas. El otro día me enseñaron un vídeo del gol de Aitana en San Mamés y no lo celebré. Me voy del banquillo, me siento, bebo agua. Estoy pensando en los cambios que quiero hacer. Pero cuando marcamos el segundo en el 95… Era el gol de la victoria. Y ahí tienes que vaciarte. 

Y celebrar. 

Cuando ganamos hay que festejarlo, contagiar, compartir. El fútbol es de los aficionados, de la gente que nos sigue, y lo más bonito de este deporte es cuando celebras los éxitos con la gente. Y lo he vivido como aficionado, con el Barça, con el Celta, en Balaídos. Estos momentos entre equipo y afición son muy especiales. De hecho, cuando abrieron el Camp Nou para nosotras, fui yo quien propuso que hubiese ese recibimiento y que hubiese bengalas para dar color a ese recorrido hasta llegar al estadio. Lo que vivimos en San Mamés también fue inolvidable. Si ganamos esa Champions sin ellos, hubiese sido totalmente diferente. 

Jonatan Giráldez durante la entrevista con SPORT en Galicia

Jonatan Giráldez durante la entrevista con SPORT en Galicia / Marta G. Brea / Faro de Vigo - SPORT

En Estados Unidos no te van a cantar ‘El gallego ya llegó’.

[Risas] Joder, me encanta, me encanta. A parte de que estoy muy orgulloso de ser gallego, que la afición tenga un cántico para mí es muy bonito. Te reconocen el trabajo y te valoran. Yo me he sentido muy querido los tres años en el Johan, en Sant Cugat [donde vivía hasta ahora], en las calles de Barcelona… Además, este cántico me gusta mucho y a veces se lo canto a Cíes para dormirlo, en vez de cantarle una nana. Le canto esto o algún himno. Me hace mucha ilusión. 

¿El Barça está en buenas manos? 

Sí, seguro. La vida sigue y siempre pasa lo mismo cuando acaba una temporada. Jugadoras que se van y jugadoras que vienen. Aquí hemos vivido la salida de Lieke [Martens], la de Jenni [Hermoso], la lesión de Alexia. Perdimos ochenta goles en cuestión de quince días. Y la gente pensaba que el Barça iba a dejar de ganar cosas. Y justo ese año ganamos la segunda Champions. Esté la jugadora que esté, esté el entrenador que esté, esté la estructura que esté, el club va a seguir. Y ahora mismo, por el nivel que hay de plantilla y la proyección de cara al año que viene, que evidentemente la conozco, va a quedar un equipo súper competitivo. Y porque conozco el ‘staff’ y su capacidad de trabajo. Lo que hemos hecho es muy difícil y hay que darle continuidad para mantenerse. 

"Esté la jugadora que esté, esté el entrenador que esté, esté la estructura que esté, el club va a seguir. Y ahora mismo, por el nivel que hay de plantilla y la proyección de cara al año que viene, que evidentemente la conozco, va a quedar un equipo súper competitivo"

Jonatan Giráldez

Se habla mucho de la soledad del entrenador, más si estás lejos de casa. ¿Qué ha sido Olaia [su pareja] para ti en este tiempo? 

Sin duda, la persona más importante. Quedarse con los momentos de felicidad es muy fácil. Es lo que digo a las jugadoras. Pero, ¿qué pasa si empezamos perdiendo? ¿Qué pasa si las cosas no van bien? Para mí es ahí donde realmente demuestras en qué punto estás, cuánto de fuerte eres. Y en una relación, lo mismo. Hemos tenido momentos de muchísimas dificultades, sobre todo cuando llegamos a Barcelona. Dificultades económicas, para llegar a fin de mes y tener que seleccionar qué podíamos comprar para pagar el alquiler. Siempre ha estado ahí y nos hemos apoyado mucho. Siempre he hablado de Marc Vivés y de Markel Zubizarreta, pero si no hubiese sido por ella, a saber qué hubiese sido de mí. Muy probablemente estaría en Vigo correteando y jugando al fútbol y mi vida hubiese sido muy diferente. Y ahora hemos tenido la oportunidad de celebrar lo bien que nos ha ido a los dos. 

Tu hijo Cíes tiene dos Champions. Cuando sea algo más mayor ya le contarás que ha sido tu amuleto.

El capullo ganó dos Champions con menos de un año, con 364 días. Poco a poco se irá dando cuenta de todo lo que hemos vivido en el Barça y espero poder seguir ganando cosas. Pero más que los títulos, cuando le cuente todo esto quiero poner la atención en todo lo que he tenido que hacer previamente para poder ser quien soy hoy. Enseñarle que la vida no es tan fácil como nos la pinta, que las oportunidades cuestan su trabajo y que hay que esforzarse mucho. Que hay que tener pasión, mentalidad y disciplina en todo lo que haces. Y que es importantísimo dar tu mejor versión para lograrlo, como digo siempre a las jugadoras, y no darse por vencido. La mejora está en el entrenamiento, en el día a día. Esto es lo que ha definido a este Barça y es lo que intentaré enseñarle cuando sea un poquito más grande. 

¿Esto es un adiós o un hasta pronto?

Es un ‘hasta siempre’ y, como dije en el vídeo, un ‘fins aviat’. Siempre me he ido bien de los sitios y he intentado ser agradecido con todas las personas que me han ayudado en cada momento de mi vida. Cuando creces, es importante acordarte de dónde vienes y de quién te ha ayudado. Del Barça me he ido como quería. A parte de ganando todos los títulos, me he ido bien con las jugadoras, con el ‘staff’, con el club, con la afición, con los medios. Ahora tengo muchísima ilusión por esta nueva experiencia americana, pero el fútbol y la vida dan muchas vueltas. Lo habitual es que los ciclos acaben, y tengo la suerte de que he podido decidir irme y que no me han echado [risas]. Pero para mí el Barça y Barcelona siempre serán mi casa