El día más dichoso de Gamper

Este sábado se cumple un siglo del solemne homenaje que el FC Barcelona y el mundo del fútbol rindió en Les Corts a Hans Gamper, entonces presidente de la entidad azulgrana

La afición azulgrana demostró su estima y afecto al apóstol del fútbol en una jornada que siempre recordó

Gamper, que lució con orgullo el casquete de terciopelo con el que el Barça lo obsequió tras su retirada, posó junto al equipo antes del partido de su homenaje. De pie, y de izquierda a derecha: Greenwell, Pascual, Planas, Martínez Surroca, Alcántara, Gamper, Gràcia, Sagi, Cabot (presidente de la FCF), Piera y Jesza Poszony. Sentados: Torralba, Luis Blanco, Samitier y Vicenç Martínez

Gamper, que lució con orgullo el casquete de terciopelo con el que el Barça lo obsequió tras su retirada, posó junto al equipo antes del partido de su homenaje. De pie, y de izquierda a derecha: Greenwell, Pascual, Planas, Martínez Surroca, Alcántara, Gamper, Gràcia, Sagi, Cabot (presidente de la FCF), Piera y Jesza Poszony. Sentados: Torralba, Luis Blanco, Samitier y Vicenç Martínez / FCB

David Salinas

David Salinas

El domingo 25 de febrero de 1923 fue una fecha de afirmación barcelonista que el fundador del Barça jamás olvidó. El fútbol catalán, español y europeo reconoció la labor del patricio suizo que, con un empeño inagotable, popularizó este deporte hasta convertirlo en un movimiento de masas.

La prensa de la época destacó aquellos días la visión de Gamper, que fue más allá de implantar “un pasatiempo para la juventud”. En “La Veu de Catalunya”, por ejemplo, pudo leerse que “la influencia decisiva que ejerce este deporte en la formación del carácter, la capital importancia que tiene como factor de fortalecimiento corporal y espiritual, es manifiesta”. Gamper, además de su devoción por la cultura física y sus valores —esfuerzo, superación, aprendizaje, victoria— vinculó a ella la divisa del patriotismo.

Prueba de la importancia que para Gamper tuvo la jornada fue su presencia luciendo el casquete de terciopelo negro con el que fue obsequiado cuando jugó su último partido en 1904. Como homenajeado, fue el encargado de realizar el saque de honor, momento en el que una atronadora ovación partió de los graderíos, ocupados por unas 30.000 personas entregadas a demostrar su estima y afecto al apóstol del fútbol.

Arropado

Para tener una idea de lo que supuso el acto, cuantificar que se adhirieron 264 clubs y entidades deportivas: 86 del Comité Provincial de Barcelona —salvo el Espanyol y el Europa—, 9 de Tarragona, 10 de Lleida, 17 de Girona, 10 de Asturias, 11 de Vizcaya, 11 de Cantabria, 12 de Galicia, 22 de Guipúzcoa, 11 de Levante, 29 de Madrid, 9 de Andalucía y 27 del extranjero (Alemania, Inglaterra, Bélgica, Francia, Hungría, Italia, Portugal, Suiza, Dinamarca, Checoslovaquia y Austria).

En el palco de Les Corts se dieron cita, junto a Gamper, los representantes de la Mancomunitat (gobierno catalán) —Joan Vallès— y Ayuntamiento —una comisión de regidores integrada por los señores Marqués, Degollada, Brenon, Junyent y Capdevila—. También estuvo presente el cónsul de Suiza, el delegado del Comité Olímpico Internacional —barón de Güell—, el presidente de la Confederació Esportiva de Catalunya —Joan Ventosa—, el presidente de la Federació Catalana de Futbol —Ricard Cabot— y los miembros de la Junta Directiva, así como los de anteriores gobiernos barcelonistas.

El homenaje arrancó a las 15.00 horas a cargo de la Banda Municipal, que bajo la dirección del maestro Lamote de Grignon ejecutó piezas de Casademont, Garreta y Wagner para estrenar, seguidamente, el tema “FC Barcelona”, un himno compuesto por el director de la banda, acogido con fervorosos aplausos y muestras de gran simpatía.

Fue entonces cuando Gamper, tocado con su casquete, saltó al terreno de juego para saludar a los dos equipos, el FC Barcelona y una selección catalana sin representantes del Europa y del Espanyol, y efectuar el saque de honor. El partido fue muy disputado, sonriendo la victoria al equipo azulgrana por 2-1, goles de Climent Gràcia (los dos) y Joaquim Barrachina (del Martinenc).

Tras el primer tiempo, Gamper descubrió en el palco un busto suyo, obra del escultor Josep Llimona. Después Joan Vallès leyó un mensaje del presidente de la Mancomunitat, Josep Puig i Cadafalch. Uno de los párrafos decía: “Extranjero por nacimiento, os habéis compenetrado con los sentimientos e ideales de nuestro pueblo y, por eso, los catalanes os quieren como a un hijo de nuestra tierra”.

Gamper, visiblemente emocionado, agradeció las muestras de cariño hacia su persona y recibió unos álbumes que contenían todos los mensajes remitidos por los clubs y entidades. En la primera hoja figuraba esta dedicatoria: “Al alma del Club, al brazo derecho de la casa, a quien sembró la primera semilla, al que vela día y noche la madurez del fruto”.

Hasta la media noche

Finalizado el segundo tiempo, fue el turno del Orfeó Català. Dirigido por Joan Balcells, el coro interpretó seis piezas, siendo la última el estreno del “Himne del FC Barcelona”, con letra de Rafel Folch i Capdevila y música del compositor Enric Morera. Una de las estrofas decía: “Esport i Pàtria ens han juntat / en un abraç de fortitud / per això portem de la Ciutat / de Barcelona, nom i escut”. La fiesta terminó con el grito de guerra del Barça, iniciado por Gamper: “¡Ra-ra-ra! ¡Bar-cel-ona! ¡Barcelona!”. 

La guinda, esa misma noche, tuvo lugar en el teatro “Eldorado” con una función de honor en la que tomaron parte las artistas más aclamadas del momento, entre ellas Pilar Alonso, que cantó el “Himne del FC Barcelona”. También intervino el tenor Emili Vendrell. El periodista Daniel Carbó detalló que el homenaje finalizó “a media noche” y agradeció a Gamper, a quien definió como un “gran hombre”, que “con su esfuerzo tenaz ha sabido crear uno de los más importantes clubs del mundo”.

Meses después, Gamper, en la junta del 29 de junio de 1923, dio un paso al costado y, alegando motivos personales, dejó la presidencia, siendo sustituido por Enric Cardona. Gamper, de todas formas, volvería a ser presidente por quinta y última vez entre junio de 1924 y junio de 1925, etapa en la que celebró las Bodas de Plata del FC Barcelona.