Shandy Barbosa, adiós otro gran mito de las 'Guerreras'

En el deporte hay referentes que trascienden por encima de sus ya impresionantes logros y sin duda Shandy Barbosa es uno de ellos como en su día lo fue la primera jugadora verdaderamente top del balonmano español, una Marta Mangué cuyo vacío costó mucho de cubrir.

No se trata solo de goles, de títulos ni siquiera de medallas. Es algo más. "Ella nos contagia a todos con su alegría. Es una líder tranquila y sonriente", explicaba el seleccionador Ambros Martín a SPORT en una entrevista previa a los Juegos.

Ambros Martín, seleccionador de balonmano femenino: "Shandy es la líder sonriente del equipo"

"Es muy importante en este equipo. Nos da la vida cuando las cosas se complican", repetía en el pasado un Carlos Viver que llevó a las Guerreras a la histórica plata en el Mundial de Japón en 2019 con aquella polémica decisión de las ínclitas hermanas Bonaventure (ya retiradas para bien del balonmano).

En el deporte todo se acaba y los Juegos de París fueron el triste epílogo para la lisboeta, que no pudo despedirse con una victoria. Al menos pudo hacerlo en la pista a diferencia del mítico 'Hispano' Joan Cañellas. De hecho, la propia Shandy se ha quedado fuera de importantes citas en los últimos años por unos problemas físicos ante los que siempre se ha rebelado.

Capaz de jugar y de sonreír con dolores, su historia española empezó en 2005 cuando fichó por el BM Sagunto con 19 años recién cumplidos. Tras marcharse a Rumanía en 2008, la primera línea regresó al Itxako (2008-2010) y por fin obtuvo la nacionalidad española en 2012 antes de emprender una larga aventura por Rumanía, Alemania, Francia y Rusia.

De manera paralela, se erigió en líder de las Guerreras con un compromiso y una calidad humana propias solo de las elegidas. Con 171 partidos y 765 tantos como internacional, la hispanolusa se marcha con la citada plata universal y la del europeo de 2014 después de disputar tres Juegos Olímpicos, cuatro Europeos y cuatro Mundiales.

Otro detalle importante. Tras su embarazo, regresó a un nivel tan alto que fue elegida mejor lateral izquierdo de la liga francesa. También supo levantarse y aguantar cuando una lesión de ligamento cruzado la dejó fuera de los Juegos de Tokio. Si Raúl Entrerríos tuvo que alargar un año su carrera cuando se aplazaron por el covid, a Shandy le ha costado tres.

Puede estar tranquila la emblemática internacional española. El mejor regalo que se lleva es escuchar cómo hablan de ella sus compañeras presentes y pasadas, sus entrenadores, los seleccionadores, los representantes de la RFEBM con su presidente Paco Blázquez a la cabeza y todo el mundo del balonmano. ¡Gracias por tanto!