¿Por qué Rasputín no murió por envenenamiento? El curioso método que utilizó

Rasputín murió por ser una amenaza para los zares de Rusia 

¿Por qué Rasputín no murió envenenado?

¿Por qué Rasputín no murió envenenado?

Pasó de vivir en un pequeño pueblo de Siberia Occidental a ganarse la confianza de la familia real rusa. De mirada penetrante y un discurso elocuente, este joven conquistó a los últimos zares de Rusia y ejerció un gran poder sobre ellos. ¿Su nombre? Grigori Yefímovich, más conocido como Rasputín.

La familia Romanov fue la última familia que conformó la monarquía rusa antes de ser asesinados por los bolcheviques. Conformada por el zar Nicolás II, la zarina Alejandra y sus hijos Anastasia, Olga, María, Tatiana y el pequeño Alekséi, Rasputín consiguió hacerse un hueco en la familia tras ejercer sobre Alekséi un poder curativo de la hemofilia que sufría.

Y es que la influencia que Rasputín ejercía sobre Nicolás II no gustaban a todos por eso, algunos nobles y políticos rusos trataron de frenar su nefasta influencia sobre Nicolás II y urdieron un plan para dar muerte a Rasputín en el que se vio implicado el Servicio Secreto Británico. Pero su muerte no fue del todo limpia ni placentera.

Tras tratar de envenenarle con pasteles de cianuro y ver que esta forma no daba resultado, optaron por dispararlo y, tras sufrir un disparo certero; lo cierto es que Rasputín se levantó y huyó por el patio trasero del palacio. Finalmente, le arrojaron encadenado al río, donde murió ahogado. Aunque hay otra versión de la muerte de Rasputín que dice que después de huir, le propinaron dos disparos más que esta vez si, le mataron.

Una de las preguntas que más se repiten a lo largo del tiempo sobre la muerte de Rasputín tiene que ver con el envenenamiento. ¿Por qué no murió? Lo cierto es que Rasputín parecía ser un visionario y practicaba el mitridatismo.

Esta práctica consiste en beber pequeñas cantidades de aquel tóxico contra el que quieres protegerte para así generar inmunidad contra él. Y es que parece que Rasputín predecía que le intentarían envenenar porque lo cierto es que meses atrás comenzó a tomar pequeñas dosis de cianuro, el tóxico que sus asesinos le administraron en los pasteles.

Y es que en Rusia el uso de venenos para eliminar enemigos, adversarios o para quitar a alguien de en medio tiene una dilatada tradición. En la actualidad también podemos encontrar casos de opositores rusos, como es el caso de Alekséi Navalny, al que envenenaron en el año 2020. Murió el 16 de febrero de 2024 por circunstancias sospechosas. Estaba considerado como el principal opositor del gobierno de Putin.