Cataratas
Dra. Ainhoa Fernández Nadal, especialista en cataratas y oftalmología pediátrica de la Unidad de Oftalmología Avanzada de Quironsalud Elche, Gran Alcant y Alicante.
El glaucoma es una afección ocular crónica que se caracteriza por el daño progresivo del nervio óptico, generalmente asociado con un aumento de la presión intraocular. Este daño comienza causando una pérdida de visión periférica y eventualmente puede llevar a la ceguera, si no se diagnostica y trata a tiempo.
Además de la presión intraocular elevada, otros factores de riesgo para el desarrollo del glaucoma incluyen antecedentes familiares de la enfermedad, diabetes, miopía, lesiones oculares previas, uso prolongado de esteroides, etc.
Existen varios tipos de glaucoma, pero los dos más comunes son el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado. El glaucoma de ángulo abierto es más gradual y suele ser asintomático en sus etapas iniciales, mientras que el glaucoma de ángulo cerrado puede presentar síntomas agudos como dolor ocular intenso, visión borrosa, náuseas y vómitos.
El glaucoma puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes, si bien al inicio, al no presentar síntomas, su evolución puede pasar inadvertida, siendo especialmente importante el screening para un diagnóstico precoz, al evolucionar, la pérdida de visión periférica dificulta actividades cotidianas como conducir, leer, reconocer rostros y moverse con seguridad. Además, el estrés emocional asociado con la posibilidad de perder la visión puede ser abrumador.
El tratamiento del glaucoma se centra en reducir la presión intraocular para prevenir el daño al nervio óptico. Las opciones terapéuticas incluyen el tratamiento médico con gotas oftálmicas hipotensivas, cirugía láser (como la trabeculoplastia), cirugía de filtración o implante de drenaje en casos más avanzados.
La aparición en los últimos años de nuevas técnicas quirúrgicas como son los MIGS (cirugías mínimamente invasivas para el tratamiento de glauco), nos dota de nuevas herramientas para poder controlar de forma más eficaz la evolución de la enfermedad.
Se recomienda que los pacientes con factores de riesgo para el glaucoma se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas, al menos una vez al año. Estas revisiones suelen incluir pruebas de presión intraocular, evaluación del nervio óptico y campo visual, entre otros. La detección temprana y el seguimiento son fundamentales para prevenir la progresión del glaucoma y preservar la visión a largo plazo.
Dra. Ainhoa Fernández Nadal, especialista en cataratas y oftalmología pediátrica de la Unidad de Oftalmología Avanzada de Quironsalud Elche, Gran Alcant y Alicante.
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