Jasmine Paolini, la 'diminuta' italiana que se pone a la altura de las Williams

En un deporte en el que abundan tenistas altas, existe una pequeña excepción: una chica pequeña, pero, como dice el dicho, matona. Paolini ha logrado un hito del que solo pueden presumir cuatro tenistas femeninas más: encadenar las finales de Roland Garros y Wimbledon.

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La italiana se ha plantado en la final de Wimbledon tras una semifinal épica ante la verdugo de Paula Badosa: Donna Vekic. Una tenista croata que mide 1,79 metros; trece más que la rival que tenía enfrente. Y es que Paolini, a pesar de medir 1,63 metros, ha demostrado que está a la altura de las grandes.

De padre italiano y de madre polaca de origen ghanés, Paolini debutó de manera profesional en 2015, recibiendo una wildcard para disputar el Masters 1000 de Roma. Prácticamente, diez años después, Jasmine alcanzó por primera vez en su carrera una final de Grand Slam.

Fue en Roland Garros y ante la más gigante, que no alta, del tenis actual: Iga Swiatek. A pesar de no ser claramente superada en la final, la tenista logró vencer por el camino a grandes nombres como Rybakina o Andreyéva, además de convertirse en la tercera italiana en llegar a la final del Grand Slam de arcilla.

En el súper tie-break final

Esta semana en Wimbledon ha repetido la hazaña, y lo ha hecho de nuevo de forma épica, ganando en el súper tie-break final. "Yo solo me repetía a mí misma, hay que luchar cada bola, mejorar un poquito. Me acordaré para siempre de este partido", explicaba tras el último punto.

De eso trata la figura de la italiana. De luchar cada bola, de no darse por vencida. A pesar de que las demás tengan más fuerza, o sean más altas, o incluso saquen mejor, ella va a devolver cualquier pelota a la que pueda llegar. Y es por eso que ahora se nombra a Jasmine Paolini en la misma frase que a Serena y Venus Williams, Steffi Graf y Justine Henin.