Alcaraz, viaje al pasado con el recuerdo de Nueva York

Como si nada hubiera pasado y todo volviera a empezar. Así puede sentirse Carlos Alcaraz con la llegada de las semifinales de Wimbledon, que parten con el mismo guion que hace apenas un año. Con Daniil Medvedev enfrente y Novak Djokovic como gran amenaza por el otro lado del cuadro, al murciano se le presenta la misma escenografía, aunque con una condición bien distinta.

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El tenista de El Palmar es ahora el gran rival a batir, con Medvedev y Djokovic clamando venganza por lo sucedido en 2023. El ruso vuelve a aparecer en el último paso hacía una gran final de Grand Slam, por tercera vez en los últimos cinco 'majors'.

Más allá de la hierba del All England Club, el US Open también presenció una gran batalla entre ambos por acceder a la pelea por el título, con triunfo para el tenista moscovita, que hizo añicos el sueño de Alcaraz de coronarse por segunda vez en Flushing Medows.

El de Estados Unidos es el último precedente de los tres que atesoran en partido de Grand Slam, siendo los otros en el mismo escenario que el de esta vez, la gran Pista Central de Wimbledon.

La primera, en 2021, cuando Alcaraz era todavía un desconocido para todos. Era la segunda ronda de su primera aparición en Londres y Medvedev apenas le dio opción a nada. La otra, en la mencionada semifinal del año pasado, que tampoco tuvo mucha historia con un triple 6-3 a favor del murciano.

UN HISTORIAL FAVORABLE, PERO UNA SITUACIÓN BIEN DISTINTA

Lejos de los cuatro grandes torneos, todo son victorias a favor del tenista de El Palmar que domina el cara a cara global por cuatro victorias a dos, aunque con la gran espina clavada de lo sucedido en el US Open. Por aquel entonces, al igual que en pocos meses antes en Wimbledon, Alcaraz llegaba como el gran favorito a la cita ante un Medvedev que lo hacía con muchas más dudas.

El partido rompió todos los esquemas y evidenció algo bien distinto. Ahora, el guion es otro. El ruso llega pletórico tras dejar en el camino al que era el gran favorito y número uno, Jannik Sinner, en un partido colosal. Por su parte, Alcaraz acude tras ir de menos a más, aunque cediendo más de lo habitual en sus encuentros, aunque de nuevo partiendo de favorito, sobre todo por el precedente de hace apenas un año.

"Lo más difícil de Daniil es que puede llegar a todas las bolas, es como un muro. Sé que puedo pegar un golpe increíble y que la bola va a volver. Es lo más difícil de jugar contra él" mencionaba el propio Alcaraz tras su victoria de cuartos, aunque asegurando que, "la mayor parte de los partidos dependen de mí" reconociendo que volver a luchar por el título de Wimbledon depende única y exclusivamente de él.