Un Tour enemistado con el esprint

Hasta París solo quedan los Campos Elíseos como escenario claro para una llegada masiva

Ni Calew Ewan, perseguido por las caídas, ni Peter Sagan, que ayer fue cuarto, han destacado

Varios ciclistas pelean en el esprint de Carcasona

Varios ciclistas pelean en el esprint de Carcasona / EFE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Esta ronda francesa no es la de los esprints puros y duros; el recorrido, que trata de evitar una sobredosis de llegadas masivas y la rebeldía de Tadej Pogacar y Wout Van Aert impidieron un mayor número de etapas definidas como la de hoy durante la primera semana.

De hecho, desde Dinamarca no se había visto en este Tour una etapa con todo el pelotón lanzado y con los velocistas empleándose a fondo. Y no quedan más oportunidades hasta el domingo que viene en los Campos Elíseos, puesto que lo más habitual, en la etapa previa a la contrarreloj final y programada tras los Pirineos, es que haya una fuga.

Así está ocurriendo y así se está contando por lo que no resultaría nada extraño que se retirase un corredor como Calew Evan, perseguido por las caídas, y que sufrió de lo lindo para no entrar fuera de control en el aeródromo de Mende. Hoy, con la penúltima oportunidad clara para luchar por la victoria al esprint, el ciclista australiano entró a más de 20 minutos de Jasper Philipsen, en un Tour que acabará sin una clara estrella en las llegadas masivas, sino se le da el premio a Wout van Aert, quien marcha en carroza para llegar a París vestido con la casaca verde.

Sin embargo, ayer, los velocistas tuvieron que emplearse a fondo porque el corredor francés del Cofidis, Benjamin Thomas, resistió hasta 450 metros de la llegada y a punto estuvo de amargar la fiesta a los velocistas.

Tampoco está destacando Peter Sagan, que ayer fue cuarto, y que lleva una temporada para olvidar, sobre todo después de que el covid lo dejase casi para el arrastre. Solo ha podido disfrutar de una victoria en llegada masiva durante la Vuelta a Suiza cuando se ha presentado en este Tour como jefe de filas del modesto conjunto francés del Total Energies, que sin embargo, le paga brillantemente como la figura ciclista que todavía sigue siendo.