Rivales por decreto

El clásico de Paraguay es uno de los más apasionantes de Sudamérica

El ‘Ciclón’, como se conoce al equipo en el que hace años jugó Dani Güiza, se creó en 1912

Cerro Porteño, club de Paraguay

Cerro Porteño, club de Paraguay / Cerro Porteño

SPORTbyPanenka

La única vez que abuchearon a Rosalía en un concierto fue por el fútbol. Estaba cantando en Asunción cuando le lanzaron una bandera de Cerro Porteño. Ella la cogió y la agitó, pero enseguida se dio cuenta de que en la capital paraguaya no hay sólo un equipo. Los seguidores de Olimpia mostraron su descontento. El concierto continuó sin más problemas, pero el episodio demuestra la rivalidad del clásico de Paraguay entre Cerro Porteño y Olimpia.

El derbi es uno de los más apasionantes de Sudamérica. En un clásico paraguayo, por ejemplo, el VAR intervino para expulsar a un jugador antes de que empezara el partido. El agraciado fue Jean Fernandes, portero de Cerro Porteño, que poco después de saltar al campo realizó gestos ofensivos hacia la afición de Olimpia. Ese fue uno de los últimos capítulos de una rivalidad antigua que comenzó al poco de fundarse Cerro Porteño.

El ‘Ciclón’, como se conoce al equipo en el que hace años jugó Dani Güiza, se creó en 1912. La intención era representar a los barrios populares, a diferencia de clubes integrados por élites sociales, como el propio Olimpia, que había nacido diez años antes gracias a William Paats.

La leyenda dice que el neerlandés, asentado en el país guaraní desde finales del siglo anterior, fue quien llevó la primera pelota de fútbol a Paraguay. Él lideró a un grupo de jóvenes que fundaron el Olimpia, primer club de fútbol del país, bautizado así en honor al lugar donde los atenienses celebraban los Juegos Olímpicos.

La fundación de Cerro Porteño es humilde desde el inicio. El origen parte de un grupo de 30 jóvenes que se reunían cada tarde para jugar al fútbol. Lo hacían cerca de la casa de la familia Núñez. Su dueña, Doña Susana, fue la madrina de ese conjunto, la que incitó a fundar el club; por eso se le considera la primera mujer en crear un club profesional en Paraguay.

Situado en Barrio Obrero, uno de los más grandes y populares del país, su gran aceptación popular desde el principio le hizo ganarse el apelativo de ‘Club del Pueblo’.

Eso provocó burlas de los rivales, pero Cerro Porteño siempre se enorgulleció, como demuestra un comunicado de la Comisión Directiva en 1920: “El ‘Club del Pueblo’: ese nombre constituye para nosotros el timbre de orgullo más legítimo, surgido de las filas del pueblo, organizado sobre las bases de la igualdad y de la fraternidad”.

Esos términos no son mera palabrería. Buena muestra de ello son los colores de Cerro Porteño. Fundado en tiempos convulsos por las disputas entre colorados y liberales en la República paraguaya, el rojo y azul de su camiseta pretendía ser ejemplo de que la pluralidad política no debía ser motivo de enfrentamiento.

Menos de un año después de su fundación, Cerro Porteño ganó su primera liga. Eso empezó a despertar la rivalidad con Olimpia, que ya había levantado algunos trofeos. Sólo un año después, firmaron los mismos puntos y tuvieron que decidir el título en un partido de desempate, que ganó Olimpia. La historia se repitió al año siguiente, pero con diferente desenlace.

Los primeros años son un ejemplo de lo que iba a suceder en toda su historia: turnarse las victorias. Los dos equipos de la capital son los más laureados. Cerro Porteño suma 34 ligas, por las 46 de Olimpia, además de tres Libertadores. El tercer equipo es Libertad, con 22 ligas. Aunque el ‘Ciclón’ tuvo grandes épocas, como al inicio de los 70 y de los 90, queda lejos del palmarés del ‘Decano’, que ostenta el récord de seis ligas consecutivas. En 1979, su gran año, consiguió todos los títulos en una temporada.

Descensos esquivados

La historia de los dos sería distinta si se hubieran consumado unos descensos que, siempre según la afición rival, esquivaron de manera irregular tanto Cerro Porteño como Olimpia. Primero fue el conjunto azulgrana el que quedó último en 1930. Sin embargo, finalmente esa temporada no hubo descensos porque se decidió que se aumentaría el número de equipos participantes.

También hubo una temporada en la que Olimpia quedó último, pero de nuevo un baile de criterios dejó el descenso sin efectos. A favor del ‘Decano’ hay que decir que meses después recuperó unos puntos con los que abandonó la última posición. De todas formas, sus huidas del descenso parecen más fruto de la improvisación que de la ilegalidad.

Quién sabe lo que habría pasado si alguno de ellos hubiera perdido la categoría. Quizás la rivalidad habría disminuido, hoy no estaríamos hablando de este clásico y a Rosalía no la hubieran abucheado por lucir la bandera de Cerro Porteño.