Hoteles con historia (VI)

Noches en plano contrapicado: las estrellas de Hollywood se pelean por dormir en el alojamiento más icónico de San Sebastián

El Hotel María Cristina se construyó por deseo de la Reina regente que le cedió su nombre. En la actualidad sirve de 'cuartel general' para actores y actrices que acuden invitados al festival de cine de la ciudad

El Hotel María Cristina mira al río Urumea.

El Hotel María Cristina mira al río Urumea. / Marriott International

San Sebastián tiene una atmósfera especial, incluso un aire aristocrático. No es solo por los elevados precios del comercio y la hostelería. La realeza está presente casi en cada esquina de su centro histórico, pero se alza imperial en un rincón en concreto. En un edificio entre amarillo y marrón de seis plantas e incontables ventanas que en una esquina está coronado por una pequeña cúpula. Es inconfundible. Se nota hasta en el nombre. El Hotel María Cristina ha conseguido algo al alcance de muy pocos: convertirse en un emblema. De una ciudad y de un festival de cine. Probar su lujo es un sueño que no está al alcance de todos los bolsillos. Precisamente, una parte de su encanto reside en eso mismo. Más de cien años de historia dan cuenta de ello.

No cualquier establecimiento puede presumir de ser una auténtica pasarela de famosos. Pero el María Cristina sí se cuenta en este selecto grupo. La fascinación que despierta entre las clases más altas se explica por ese aire de Belle Époque que es un pasaporte directo al París más aspiracional. Chimeneas de mármol, lámparas de cristal, sillones de terciopelo turquesa… Todo está estudiado hasta el más mínimo detalle. En especial en las 29 suites disponibles para unos pocos elegidos. La más exclusiva, la María Cristina Royal, se puede reservar para el último fin de semana de agosto por algo más de 2.750 euros. Con desayuno, eso sí. En esas mismas fechas, el precio de una habitación estándar se eleva a los 600 euros.

Los precios se disparan aún más en la semana en la que se celebra el Festival de Cine de San Sebastián, que este año está programado entre los días 20 y 28 de septiembre. Con permiso del Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal de Donosti, el Hotel María Cristina es casi su sede y alojarse allí en esas fechas es casi una misión imposible. Por mucho dinero que alguien esté decidido a gastar. Para este 2024 se espera la visita de una de las actrices de Hollywood más reconocidas en todo el mundo: Cate Blanchett recibirá el Premio Donostia. Seguro que se alojará en el María Cristina, quizás duerma en las una de sus dos suites con nombre propio: la Bette Davis o la Eduardo Chillida.

El sueño de una Reina

Antes que Blanchett han pisado sus alfombras Elizabeth Taylor, Woody Allen, Julia Roberts, Richard Gere, Brad Pitt, Coco Chanel, Susan Sarandon, Mick Jagger, Alfred Hitchcock, Leon Trotski o Steven Spielberg. En el interior de este edificio de 1912 conviven todas las artes.

Pero la primera celebridad en la lista de ilustres que han pasado por el Hotel María Cristina es, precisamente, la Reina María Cristina, regente de España. Ella fue, de hecho, la primera persona en entrar en el inmueble. Aparte de quedar prendada de los encantos de San Sebastián, que la monarca eligiera esta ciudad vasca bañada por el Cantábrico tenía otra explicación: en ella esperaba curar sus problemas de piel. Al agua de mar se le atribuían ya por aquel entonces propiedades sanadoras. Y, por supuesto, necesitaba un alojamiento a su altura para pasar largas estancias.

Esta noble tarea se la encargó al arquitecto francés Charles Mewès, que ya había firmado obras tan icónicas como el hotel Carlton de Londres y los Ritz de Madrid y París. De ahí que dejase ese aire de orillas del Sena impregnado en cada estancia. La construcción de este edificio, además del Balneario de la Perla, el Teatro Victoria Eugenia y el Funicular de Igueldo, tienen parte de culpa de la transformación radical que sufrió (para bien) la capital de Guipúzcoa. Pasó de ser un humilde puerto pesquero a objeto de deseo de la realeza.

Volviendo al presente, la gastronomía se ha vuelto uno de los principales reclamos no solo del hotel, sino de toda la ciudad. Tanto que sus establecimientos acumulan un total de 16 estrellas Michelin, una de las mayores medias por número de habitantes. El María Cristina no es ajeno a este deseo por lo que entre las experiencias complementarias que ofrece está recibir un curso en su escuela de cocina, disfrutar de una visita culinaria e incluso asesoramiento personalizado para no volver a casa sin probar lo más característico.

.