Opinión

Xavi y el polémico debate de la construcción

Los jugadores del Barça, justo tras el final del partido ante el Girona

Los jugadores del Barça, justo tras el final del partido ante el Girona / VALENTÍ ENRICH

Sin duda alguna, la sensación con la que se quedó gran parte de los aficionados culés tras la dolorosa derrota ante el Girona fue la de impotencia y, sobre todo, la de haber visto una película repetida. Cuando parecía que el Barça había reencontrado ese tono futbolístico ante el Atlético de Madrid, volvió a aparecer esa versión irregular que descoloca a la afición y, lo más preocupante, contra un rival ante el que estabas obligado a mostrar tu mejor cara competitiva.

Como hoy explicamos en SPORT, el vestuario quedó tocado anímicamente por el resultado y por la forma en la que se perdió el encuentro y los tres puntos. La actitud de algunos jugadores sobre el césped de Montjuïc volvió a generar dudas teniendo en cuenta la importancia del duelo. Era un partido clave. La cita ante el Girona de Míchel estaba marcada en el calendario de Xavi Hernández y de todo su ‘staff’ a fuego. Era el momento idóneo para dar el salto y reengancharse, definitivamente, al tren de cabeza de la Liga.

Y, ahora, toca reflexionar. El hecho de que el equipo esté moralmente hundido tiene, obviamente, un factor negativo por su posible impacto en el devenir de las próximas citas culés: la “estéril” visita al Amberes en Champions (más allá de lo económico), el duelo ante el Valencia en un siempre hostil Mestalla y el choque en casa ante el Almería del día 20 de este mes con el que el Barça bajará el telón este año. Eso sí, por sacar conclusiones positivas, el hecho de estar tocados también nos da la oportunidad de conocer cómo se siente el equipo y cómo está viviendo estos momentos y esta reconstrucción de la que habló el propio Xavi tras el partido. Ese sentimiento de culpa por no competir al nivel que se espera, seguro, que les permitirá continuar buscando una mejor versión para competir por títulos. 

Este Barça, mal que les pese a algunos, sigue teniendo hambre competitiva y, sobre todo, cuenta con la calidad y el talento necesario para volver a rendir (o, al menos, intentarlo) al más alto nivel en los momentos clave de la temporada que llegarán en 2024, tanto en la Liga como en Europa. Hay que creérselo. Tocados, pero no hundidos.