Opinión

Un recuerdo a Messi, olvidar el pasado y abrazar el optimismo

¿Cuánto sabe Messi de Messi? Es competitivo hasta para un test sobre él mismo...

Leo Messi se sometió a un test sobre sí mismo / infobae tiktok

En estos tiempos oscuros, donde se navega en un mar tempestuoso sin previsión futura de calma, uno recurre al pasado para encontrar un poco de esa felicidad ausente. Miro y remiro diferentes videos de Messi, y certifico eso que ya sabía, nunca jamás volveremos a ver algo parecido, ni siquiera algo que se le acerque. Como ese abuelo sentado en un sillón desgastado frente a la chimenea que le explica sus tiempos dorados a su nieto, al culé solo le queda resignarse y regresar al pasado para encontrar algo de luz y explicar, orgullosos, lo que un día fuimos.

Si en el momento en que lo vivíamos éramos conscientes de la grandeza, ahora, cuando todo luce desastroso, lo somos aún más. La sensación de ir al campo o encender el televisor para ver un partido y saber que el disfrute está asegurado, que la victoria será un hecho o, al menos, el buen juego, parece algo de un pasado muy lejano, algo prehistórico. Desde que Messi dejó el club de esa manera que jamás perdonaremos los culés, la caída ha sido constante y veloz, hasta llegar a este punto: al infierno futbolístico y administrativo. ¿Y ahora qué? Nos preguntamos muchos desde hace varios años.

Con el fin de la temporada y con aires de renovación, al menos en el sillón del entrenador, volvemos a la casilla de salida de cada año, esperanzados de que algo cambie de una vez por todas y que el equipo regrese de nuevo a la senda de la victoria, deseos de volver al olimpo del futbol mundial, de volver a ser el mejor equipo del mundo. El «¿Y ahora qué?» se puede responder contradiciendo el sentido de este escrito, el 'Y ahora qué' más efectivo es dejar de pensar en el pasado, saber que no volveremos a ver un jugador -el mejor de la historia- como Messi y abrazar el optimismo que esta afición tanto repelemos por cuestiones de idiosincrasia.

En otra época sombría, como lo fue el principio de este siglo, justo en el momento que el pesimismo colectivo estaba por hacer explotar todo, la llegada de Ronaldinho seguida por la irrupción de jugadores de la casa, cambiaron para siempre la historia del club: no solo dando títulos, sino que también regalando al mundo entero el mejor futbol jamás visto en la faz de la tierra.

Ahí se encuentra -creo yo- la respuesta del «¿Y ahora qué?», o al menos parte de ella. Este equipo está repleto de jugadores adolescentes con una proyección realmente esperanzadora, no solo en el primer plantel, mirando hacia abajo, el equipo de Rafa Márquez es la demostración de que en casa hay talento de sobras y de que, sin importar si los tiempos son oscuros o no, la formación de jugadores del Barça tiene vida propia y sigue a la suyo; siendo el mejor nido de talento futbolístico.

Si a Xavi se le debe reconocer la apuesta por estos jóvenes, a Hansi Flick se le debe pedir que siga haciéndolo y que, a diferencia de su antecesor, encuentre la tecla de la disciplina y la capacidad de adaptar el famoso ADN Barça a estos tiempos modernos, donde la verticalidad y el físico pesan mucho más que hace quince años. Si los culés recurrimos habitualmente al recuerdo de esos tiempos de excelencia, cuando por los campos de este país y los del mundo entero, un extraterrestre llamado Lionel nos regaló los mejores años de nuestras vidas, debemos empezar a cambiar el chip, olvidar el pasado y enfocarnos en el presente y en el futuro. Solo así, sacando presión a este ambiente cargado de pesimismo, estos chavales se sentirán libres para coger las riendas de una nueva era, que estoy seguro de que nos traerá grandes cosas.