Opinión

La política y el fútbol (de Mbappé a Unai Simón)

Mbappé llama a votar en Francia: "Espero que aun estemos orgullosos de esta camiseta el 7 de julio"

Kylian Mbappé, en una rueda de prensa con la selección, llama a la gente a votar en las elecciones de Francia / PERFORM

De nuevo a escena, esta vez en la Eurocopa, el fútbol y la política. Habló Kylian Mbappé y se abrió el debate. Debido a los resultados de las últimas elecciones europeas el próximo 30 de junio se va a volver a votar en Francia. El auge de la extrema derecha ha alertado a la estrella del Real Madrid, que ha hecho un llamamiento a las jóvenes generaciones para movilizarse contra Marine Le Pen y su Agrupación Nacional. Reaccionaron también Ousmane Dembélé y Marcus Thuram, recordando la importancia de votar partidos políticos que defiendan los valores de la tolerancia, la diversidad y el respeto.

Sucede lo mismo con los jugadores seleccionados de Ucrania, con el mítico Andriy Shevchenko al frente, reivindicando el final de una guerra tras casi dos años y medio de vergüenza. A Unai Simón, el portero de la selección española de fútbol, en cambio, le parece que siendo futbolista y jugándose una Eurocopa no es momento para meterse en estas cuestiones. Para él -y para la mayoría silenciosa de sus compañeros de profesión-, solo fútbol. Por supuesto, máximo respeto, aunque entendemos que él también lo tendrá para los que piensan diferente.

La política está en todas partes y en cada momento. También en el fútbol. La ley del deporte español, por ejemplo, no da opción a elegir democráticamente si a uno le apetece jugar con la selección española o no (artículo 23.2c), con multas y sanciones espectaculares (artículo 108) en caso de no acudir a una convocatoria. La política decide por ellos. Sepan ustedes que, en Europa, tal circunstancia solo se da, además de España, en Chipre. De la misma manera, si las selecciones representan a las federaciones deportivas de cada deporte, ¿qué razón hay para que antes de los partidos suenen los himnos nacionales de los países? Explican que la idea surgió en 1905, con los nacionalismos a máxima efervescencia y que desembocaron en menos de una década en la Primera Guerra Mundial. Ya ha llovido pero quizás -solo quizás- la música sigue sonando porque la política, desde el enorme altavoz del deporte, es capaz de articular sus discursos.

En este escenario de clara utilización del medio, por tanto, que los deportistas intervengan se antoja fundamental. Está claro que el blanqueo deportivo a determinadas dictaduras a través del patrocinio o la contratación directa hace ricos a muchos profesionales pero salir de la burbuja e intervenir en los movimientos sociales que defienden los derechos humanos debería ser una obligación, también para los futbolistas. O, si nos apuran, por su dimensión social y económica, especialmente para ellos.