Opinión

La oposición ha decidido callar, ver y esperar a que Laporta caiga solo

Joan Laporta, en el palco del Johan Cruyff antes del Barça Atlètic - UD Ibiza

Joan Laporta, en el palco del Johan Cruyff antes del Barça Atlètic - UD Ibiza / Valentí Enrich

No es cuestión de preguntarse qué hace la oposición, la oposición ha decidido callar, ver y esperar a que Laporta caiga solo. Una circunstancia que el actual presidente no contempla bajo ningún concepto convencido de que remontara la situación como sucedió cuando perdió votación de censura en 2008, fichó a Guardiola y llegaron días de vino y rosas. Ahora, no hay confianza ni candidato para ir a la guerra en forma de moción de censura. Los descontentos son muchos, los valientes pocos. El temor a perder es notorio, prefieren quedarse en modo espera pendientes de futuros resultados. 

Lo que hay que preguntarse es qué va a hacer Laporta para cuadrar las cuentas, para generar un balance positivo que no complique más la tesorería. Estamos en un mes de junio que es crucial para reconducir la situación financiera. Quedan poco más de veinte días para cerrar el balance de la temporada y el famoso “fair play” de la Liga que permita fichar sin problemas sigue en el aire pendiente de unas negociaciones que se realizan contra reloj. Laporta tiene motivos para estar preocupado aunque es un personaje que en los momentos difíciles se crece y encuentra soluciones.

Es la hora del presidente, el único que controla la situación y que sufre la gravedad del momento. Tiene varios conejos en la chistera pero nadie sabe si saldrán a tiempo. Acuerdos millonarios necesarios para tapar las pérdidas de una temporada deficitaria en Montjuïc. Por otro lado, toca solucionar el roto producido con la venta de Barça Studios que se arrastra desde hace demasiado tiempo. Dos compromisos que constituyen una amenaza a muy corto plazo.

La renovación del contrato de Nike puede ser una carta ganadora si se cierra antes del 30 de junio. Una negociación compleja y difícil ya que el Barça quiere el mejor contrato de patrocinio del mundo en el capítulo de ropa deportiva cuando hace tiempo que dejó de ser el mejor equipo del mundo. La firma de este acuerdo, incluye un bonus especial de 100 millones como prima de fichaje, una cifra que repartida entre los diez años de duración del nuevo contrato es asumible para la empresa americana. Con este bonus el Barça confía en poder arreglar las cuentas que deberá presentar en la asamblea de septiembre.

El otro agujero es Barça Studios, una empresa que factura un millón de euros y que se valoró en el último balance aprobado en 400. Hay socios que no han cumplido sus obligaciones y no se ha encontrado a nadie dispuesto a invertir en un negocio de futuro que se llegó a plantear cotizar en la bolsa americana. Si no se arregla este problema, el ingreso que se apunto en un último balance habrá que pasarlo a perdidas este año. A Laporta le esperan días duros, pero no se da ni mucho menos por vencido.