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Nico, Nico, colorito

El mural de Lamine Yamal y Nico Williams, en Barcelona

El mural de Lamine Yamal y Nico Williams, en Barcelona / @eslicer y @konestiloart

Llevo semanas creyendo y sigo, más que nunca, ahí mismo. 

Debo reconocer que el posible fichaje de Nico Williams me ilusiona especialmente y desde que supe que podía hacerse no he escatimado esfuerzos en estar al día de hasta el último detalle y en recabar hasta la más sutil y aparentemente insignificante información aquí y allá, dentro y fuera del club, para saber cómo latía y que salud tenía diariamente esa posibilidad.

Se lo adelanto a todos ustedes: Nico sigue ahí, y si me lo permiten, más cerca que nunca. Ya puede haber adelantado la vuelta de las vacaciones, parecer tranquilo y ajeno o haber aceptado esa grabación de saludo a la temporada para su club, que Nico, Nico Williams, sigue en la rampa de salida y gestionando el día a día a la espera de dar el paso final y definitivo.

Algunos comentarios públicos de periodistas, opinadores y analistas diversos, comparan como elemento negativo la ilusión mostrada y demostrada por Dani Olmo con la falta de entusiasmo del navarro por venir… Pero ¿Qué esperan? Dani tiene todo a favor para mostrar apego e intención sin complejos: Es culé de nacimiento, culé de formación, culé de familia, y quiere volver como una nueva figura indiscutible que marque una época en el club de su vida y en el estadio más espectacular del planeta. Pero… ¿Y Nico? 

Les aseguro que Nico tiene absolutamente la misma ilusión que el de Terrassa en vestir de azulgrana, pero a diferencia del rubio mediapunta, él lo tiene absolutamente todo en contra para mostrar públicamente sus fantasías.

Nico sueña con la posibilidad de formar parte de una máquina perfecta de jugar a futbol en uno de los clubs referentes del mundo entre amigos, entre colegas compartiendo ambiciones, y entre bromas y sonrisas, pero no puede expresarlo, y su pesadilla particular es hoy como dar el paso sin molestar, sin herir, sin lastimar a quién tanto quiere...

Nico sigue ahí, y si me lo permiten, más cerca que nunca

Nico es consciente que el maldito futbol lo puede escupir al olvido tras una mala jugada, una mala entrada o simplemente una mala temporada, y hoy, sabiendo eso y que detrás de esa puerta existe el cielo, ¿Se quedará en el umbral? Estoy convencido de que no.

Nico ha descubierto la crueldad del amor: Hoy sabe que una cosa es querer, y él quiere con locura a su Athletic, y otra cosa es desear, y desea con pasión emprender ese viaje al cielo de los títulos, de la excelencia y de vivir en el olimpo.

Y en ese contexto de titubeos, Laporta ha decidido tomar las riendas y llevar la nave de la negociación a buen puerto, ahí es nada…

Ya saben lo que dice la canción: Nico, Nico, colorito… ¿Dónde vas tu tan bonito? A la acera verdadera, pim,pom… ¡Fuera! (Al Barça)