Opinión

Ni una nació ni una Selecció

Los partidos de Catalunya son hoy más un marrón que una reivindicación sincera y real

El Camp Nou lució un 'Visca Catalunya' enorme en un amistoso ante Brasil

El Camp Nou lució un 'Visca Catalunya' enorme en un amistoso ante Brasil / Joan Monfort

El 26 de noviembre de 2004 ocurrió algo insólito y sin precedentes. Fue en Fresno (California), durante la asamblea de la Federación Internacional de Patinaje (entonces FIRS y ahora World Skate). Por primera vez, una federación nacional aceptada provisionalmente no fue ratificada por los miembros de la asamblea, que tumbó el reconocimiento oficial de la Federació Catalana de Patinatge (FCP), lo que impidió a la selecció catalana de hockey patines, una de las más potentes del mundo, participar al año siguiente en el Mundial A, que se celebró en San José (California) en agosto de 2005. España se impuso a Argentina en la final con un cinco inicial formado íntegramente por jugadores catalanes (de los ocho que participaron, solo el portero Sergio Fernández, nacido en Calvià, Mallorca, no era del Principat). 

Aquella votación que bloqueó internacionalmente al combinado catalán estuvo marcada por tales irregularidades que el TAD (Tribunal de Arbitraje Deportivo) obligó a que se repitiera. Fue en Roma, el 25 de noviembre de 2005, pero para entonces el daño ya estaba hecho porque las presiones que todos los miembros de la asamblea de Fresno habían recibido seguían vigentes. La diplomacia española había logrado su objetivo y evitó lo que habría abierto las puertas a un efecto dominó con muchas otras federaciones deportivas catalanas. A día de hoy, solo deportes minoritarios como el corfbol, el esquí alpino, los bolos o algunas artes marciales están reconocidas internacionalmente y compiten contra combinados estatales. 

Catalunya y Panamá firman tablas en un festival ofensivo

Catalunya y Panamá firman tablas en un festival ofensivo / Javi Ferrándiz

El pasado miércoles, en la Nova Creu Alta, se disputó un amistoso entre Catalunya y Panamá y 5.589 espectadores lo vieron desde la grada. El último encuentro fue ante Jamaica en Montilivi hacía dos años (mayo de 2022) y muy atrás quedaban los Catalunya-Brasil de mayo de 2002, con 96.700 espectadores en el Camp Nou o el de dos años más tarde con idénticos protagonistas y escenario y más de 83.000 asistentes. También se jugó un Catalunya-Argentina en diciembre de 2009 que acabó con victoria cuatribarrada por 4-2. No jugó Messi.

Eran otros tiempos en los que la sociedad catalana y sus instituciones mostraban su total implicación en una demanda que ahora ni siquiera forma parte del núcleo de las negociaciones políticas entre los partidos catalanes y los españoles. La Federació Catalana está muy lejos de exigir su reconocimiento oficial y, de hecho, su presencia en el fútbol profesional es demasiado escasa. Los partidos de la Selecció son hoy más un marrón para quienes los gestionan que la revindicación de quienes quieren volar libres.