Opinión

El 'mercato' del Barça y sus relatos salvajes

Dani Olmo firma su contrato con el FC Barcelona, en imágenes

Dani Olmo firma su contrato con el FC Barcelona, en imágenes / FC BARCELONA / Marc Graupera

Por primera vez en mucho tiempo, el FC Barcelona vivirá un cierre de mercado plácido. Nada ocurrirá en estas útimas horas. Y es precisamente esto lo que frustra a buena parte del barcelonismo. Las alegrías sobre el césped no abundan en los últimos años, de ahí que la afición reclame su cuota de emoción en verano. Al margen de los ascensos de Bernal, Casadó, Pau Víctor y Gerard Martín, la única cara nueva es la de Dani Olmo, alternativa al fichaje fallido de Nico Williams. No hubo 'fair play' para nada más. Y, por lo que parece, algunos tienen claro el culpable: Deco, el director deportivo. ¿Seguro?

Durante junio y julio, el Barça aireó que tenía a tocar el regreso a la regla del uno a uno, básico para poder hacer y deshacer. El agujero de Libero iba a quedar cubierto por un nuevo inversor, mientras que la renovación con Nike era cuestión de días, decían. A 30 de agosto, ni una cosa ni la otra. Aramark asumió una parte del pastel. Mejor esto que nada, pero insuficiente. En paralelo, la entidad ha hecho el ridículo con la marca deportiva. ¿Seguro que airear contactos con Puma y amenazas no amparadas por el contrato vigente era el mejor camino? Y tras todo, claro, el Barça pretende ahora que Nike olvide rápido lo sucedido. "Cariño, hagamos como si nada".

Centrado en barrer su parcela -y seguramente creyendo que los demás barrerían la suya-, Deco se puso manos a la obra con Flick. Mientras, el presidente Joan Laporta ilusionaba a la culerada: "Podemos acometer un fichaje como el de Nico Williams", garantizaba. La realidad, se ha visto, era muy distinta: ni había liquidez para pagar los 60 millones a tocateja ni tampoco espacio para inscribirle. Olmo ha sido posible porque se paga a plazos y su inscripción no ha requerido un aval 'gracias' al infortuno de Christensen -el considerable ahorro acumulado en 'fair play' no cubría toda la operación de Dani-.

Joan Laporta y Rafa Yuste, a la llegada a la cena de directivas

Joan Laporta y Rafa Yuste, a la llegada a la cena de directivas / VALENTÍ ENRICH

A la espera de luz verde, el Director de Fútbol priorizó las renovaciones de Bernal y Casadó a la continuidad de Sergi Roberto. Ambos han enamorado a Flick. Héctor Fort también amplió; Marc Guiu dejó seis millones en caja y la lesión de rodilla de Sergiño Dest colocó al Barça en jaque: o gratis o nada, trasladó el PSV. Al menos, el club se ahorra su salario.

Pero seguía faltando al menos una gran venta. Esta no ha llegado porque todos los candidatos se han lesionado y/o negado en rotundo a cambiar de aires. El contrato manda. Véase, por ejemplo, el caso de Ansu Fati, Ronald Araujo o Frenkie de Jong, ambos en la enfermería. Dicho bloqueo obligó a vender a Faye y Julián Araujo, por quienes se habría obtenido todavía más dinero si hubieran llegado a debutar oficialmente con el primer equipo. Pese a ello, entre ambos han dejado más de 20 'kilos' en las arcas del club. Paréntesis: quizá estos dos casos sirvan para que la entidad vea que las jóvenes apuestas tienen poco riesgo y mucha salida.

Deco y Flick, reunidos este martes preparando la planificación del curso 2024/25

Deco y Flick, reunidos este martes preparando la planificación del curso 2024/25 / FCB

Pero como Nike y el sustituto de Libero seguía sin llegar, el Barça tuvo que prescindir de Gündogan. Pedri y Olmo encajan como anillo al dedo en la posición de '10' y el salario del alemán, ya rozando el final de su carrera, era de los más altos de la plantilla. El club se ha quitado años y masa salarial de encima y ha ganado en versatilidad, la que aporta el egarense. Otro debate es si el montante de la operación de Dani pudo haberse invertido en un mediocentro o un extremo izquierdo puro. Para dar y quitar razones habrá que esperar a que el tiempo hable.

En los últimos días de mercado, lo del Barça ha sido un quiero y no puedo. Ni Chiesa, ni Bajcetic ni nadie. Sin 'fair play' no hay magia posible y aquellos que prometieron traerlo no han cumplido con su misión. Es fácil culpar a Deco, pero la realidad es que el luso-brasileño apenas ha tenido margen de maniobra. Ni tampoco las palancas del pasado. ¿Podía haberse quedado en Barcelona en las últimas horas de mercado en vez de irse a Porto? Por supuesto, pero no por ello habría llovido 'fair play'. Y hablando de lluvia me viene a la cabeza la palabra 'paraguas'.