Opinión

La Masía, Laporta y Deco

El presidente del FC Barcelona Joan Laporta y el director deportivo blaugrana Deco

El presidente del FC Barcelona Joan Laporta y el director deportivo blaugrana Deco / JAVIER FERRÁNDIZ

Una de las únicas cosas que ha sobrevivido al paso de los años y de los distintos presidentes del Barça es La Masía que en su día crearon Josep Lluís Núñez y su vicepresidente Josep Mussons. Un producto de éxito único en el mundo y que en los peores momentos nunca ha fallado. Ningún presidente debería hablar de herencia en claves negativas cuando la más preciada es el talento joven formado en La Masía. ¿Qué sería esta temporada del Barça sin Lamine, Cubarsí, Balde o Fermín? La respuesta es evidente. El excelente informe que hoy publica SPORT, realizado por Jaume Marcet, explica los pormenores y el funcionamiento de la mejor escuela de fútbol del mundo. Un trabajo exclusivo que lleva a formar grandes futbolistas, pero con valores. Un producto único y que los grandes han intentado reproducir sin demasiada fortuna.

Guardiola, Puyol, Iniesta, Xavi, Messi, Piqué y los citados anteriormente son algunos de los numerosos ejemplos de futbolistas formados en Can Barça y que han dado un resultado espectacular. Esta temporada que acaba de iniciarse con buen pie también lleva la marca de La Masía. El nuevo entrenador del Barça, Hansi Flick, ha sido el primero en entenderlo y demostrar que sabía dónde y a qué venía.

Quizá, por ello, y porque este año el Barça tiene el equipo con la media de edad más joven de Europa y con un entrenador nuevo, el presidente Laporta, en su comparecencia pública no exigió títulos a Flick. Eso sí, trasladó toda la presión a Deco. Mientras le regalaba una infinita retahíla de elogios al director deportivo también le estaba apuntando. Digo esto porque Laporta dejó claro que fue decisión de Deco fichar a Hansi Flick, fue Deco quien más apostó por Dani Olmo y fue Deco quien decidió que no hacía falta incorporar a más futbolistas. O sea, que, si las cosas van bien, el éxito será compartido, pero si vienen mal dadas, ya saben ustedes sobre quién recaerán las culpas.